El confinamiento prolongado por el Covid 19, quince días más de momento, el sufrimiento y la incertidumbre añadidos por “la que se nos viene encima” con el deterioro social y económico provocado por la pandemia, que todos deberemos abordar de manera solidaria, pueden no dejarnos apreciar los “signos de vida”, testimonios y llamada de atención a revisar nuestras actitudes, que se están dando entre nosotros y que expresa de forma admirable Miguel Ángel Mesa Bauzas en estas «BIENAVENTURANZAS EN TIEMPO DE CONFINAMIENTO:
Felices quienes se muestran agradecidos ante tantos gestos de solidaridad y ternura; por las manos acogedoras y las miradas comprensivas; ante los silencios compasivos y las lágrimas compartidas; por tantos abrazos, besos virtuales, diferidos; por las conversaciones íntimas que renacen y creíamos perdidas.
Felices quienes salen cada tarde a aplaudir por el servicio desinteresado, por el trabajo bien hecho y con alegría, por la solidaridad para atender a tanta gente necesitada, sin recursos, abatida, por la esperanza que resurge ante las personas que se dan sin esperar respuesta.
Felices quienes no dejan doblegar su ánimo por las circunstancias, le echan imaginación y ponen música a los vecinos desde sus terrazas, juegan con sus hijos, llaman cada día a la abuela que está sola en su piso, crean y difunden canciones o poemas para que vuelen de nuevo las ilusiones.
Felices quienes, a pesar de un posible contagio, se ofrecen a llevar la comida, las medicinas e incluso dan compañía a muchas personas que lo precisan, haciendo que brillen de nuevo unas miradas llenas de confianza y agradecimiento.
Felices quienes no hacen caso a los sucesos que no aportan nada positivo; quienes buscan desmentir las noticias falsas con la verdad de los hechos; quienes arriman el hombro y alejan de sí el odio, la división, la mentira y solo buscan el entendimiento, el acuerdo y la reconciliación.
Felices quienes hacen de su confinamiento un tiempo para crecer humana y espiritualmente, leyendo, escuchando música, meditando, pintando…; siendo solidario con las causas más justas; llevando entusiasmo a quienes tienen a su lado; haciendo que su casa se convierta en un lugar de espacios infinitos, habitado por la dicha y la acogida.
Felices a quienes estos momentos de incertidumbre no les sumerge en la depresión y el desaliento, poniendo solo impedimentos e inconvenientes, sino que lo sienten como un motivo para buscar soluciones imaginativas, concretas, posibles, para ayudar a crear, en conjunto con otra gente y dentro de sus posibilidades, un mañana mejor, más justo, fraterno y solidario.
Felices a quienes la soledad les invita a sentirse más cercanos a toda la Humanidad; la familia a fortalecer los lazos y recrear la identidad común; las cuatro paredes entre las que se encuentran, a sentirse parte del Universo que les rodea; el silencio a reflexionar y entrar dentro de sí, para buscar lo esencial y valorar lo más importante de la vida.”
Completo estas bienaventuranzas con las BIENAVENTURANZAS DEL POLÍTICO, por si ayudan, que fueron formuladas en el año 2002 por el cardenal François-Xavier Nguyên Van Thuân, quien pasó 18 años en la cárcel en Vietnam, y actualmente está en proceso de beatificación:
“Bienaventurado el político que tiene un conocimiento elevado y una conciencia profunda de su papel.
Bienaventurado el político cuya persona refleja credibilidad.
Bienaventurado el político que trabaja por el bien común y no por su propio interés.
Bienaventurado el político que es fiel y coherente.
Bienaventurado el político que promueve y defiende la unidad y la realiza.
Bienaventurado el político que está comprometido en llevar a cabo un cambio radical.
Bienaventurado el político que sabe escuchar.
Bienaventurado el político que no tiene miedo”.
Decía el catedrático de Bioética Diego Gracia en relación a las crisis y esta es una de las más graves de nuestra reciente historia, “que es tiempo para escuchar, dialogar y deliberar, para encontrar respuestas y soluciones prudentes; para acordar qué valores y virtudes debemos proteger, desarrollar y crear. Tiempo de proponer lo que nos parece que es bueno”.
¿Seremos todos capaces y lo serán nuestros políticos por una vez y, ojalá sirviera de precedente, de hacer caso a este ilustre catedrático?. Por el bien de todos. Gracias.
