Si de por sí ya era extraño este verano, por los efectos de la pandemia, por la suspensión de espectáculos de ocio, las fiestas de nuestros municipios, etc. una de las fechas más significativas como es el 15 de agosto, este año nos ha impactado en nuestra provincia con un tremendo episodio de violencia de género. Lo digo alto y claro, un despreciable ‘asesinato machista’ que ha segado la vida de una mujer, Alina y que ha dejado a su hijo como otra víctima más de la barbarie de odio contra las mujeres que algunos hombres lamentablemente practican y que otros amparan o alientan.
Reconozco que escribo estas líneas consternado por el episodio tan cercano que ha puesto esta vez el foco en el Real Sitio de San Ildefonso, pero que desde 2003 registra en nuestro país más de mil episodios de barbarie por esta lacra que esta sociedad debe erradicar cuanto antes sin contemplaciones. Pero observamos como esa condena no es unánime, la callada respuesta de la ultraderecha una vez más, rompe ese clamor social, esta vez de la sociedad segoviana contra la barbarie que asesina a mujeres por el mero hecho de serlo y por el egoísmo machista de quien piensa que lo puede hacer por afán de superioridad.
Mientras existan titubemos, justificaciones, amparos, discursos que justifiquen el odio y alimenten la violencia en todas sus formas, o instituciones locales que pretendan devolver a la ultraderecha su apoyo para conseguir alcaldías y el poder, se deja espacio a los asesinos violentos. No lo permitamos, los segovianos somos comprometidos y solidarios, detestamos la violencia, ni un paso atrás, ni una mujer más asesinada por ser mujer. Basta ya de violencia.
A la familia y amigos de Alina, a los vecinos del Real Sitio, a su corporación municipal y a su alcalde, Samuel Alonso, todo el cariño, apoyo y solidaridad en estos difíciles momentos. Estamos con vosotros. Ni una más.
