El economista José Carlos Díez, que ayer abrió el ciclo Empresa-Finanzas de la Fundación Caja Rural de Segovia, expresó su confianza en un rápido crecimiento de los niveles de actividad después de la actual recesión causada por la pandemia del coronavirus.
En una charla impartida por la plataforma Zoom, y emitida en abierto, a la que se conectaron unas 130 personas, Díez se mostró convencido de que la «codicia va a ser un gran motivador» a la hora de impulsar el crecimiento económico.
A ello ayudarán los fondos europeos de recuperación económica. «Oportunidades hay miles», dijo y puso ejemplos de casos en el medio rural para llevar a cabo proyectos. Citó algunos en los que, como palentino de origen, está involucrado para incentivar inversiones vinculados a la economía circular y al medio ambiente. En todo caso advirtió del problema que puede suponer el exceso de inversión fotovoltaica.
Reconoció que la actual crisis es una de las más extrañas que los economistas han estudiado hasta ahora. Y anunció que todas las crisis son como los huracanes en los que no se ven los efectos hasta que no pasan y todo vuelve a la normalidad. Y en ese proceso se está ahora, donde los ERTE no dejan ver la magnitud del problema en materia laboral y social. «A ningún empresario le gusta enviar a los empleados a un ERTE, ni a un trabajador acogerse a ello», afirmó.
En este punto recordó la importancia que tiene la formación, y recordó que en España hay un 40% de la población que ni ha estado en la Universidad ni en la FP, «y esa gente tiene una tasa de paro muy alta». Por ello aplaudió iniciativas de formación continua como las que actualmente lleva a cabo la Junta de Castilla y León.
Aprovechó su intervención para criticar las ideas del vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias, con quien ha compartido algunos platós de televisión. Y abogó por ayudar a que las empresas inviertan y se fomente la investigación. En este sentido consideró que el tamaño de las empresas implica una mayor productividad, y eso redunda en una mayor generación de empleo. Abogó por invertir investigación empresarial y menos en deuda pública.
También habló de la importancia de saber vender y promocionar la calidad. Citó el caso del whisky Dyc, en manos ahora de la japonesa Beam Suntory, de la que lamentó que su calidad no se haya valorado en España y en cambio tenga su reconocimiento en el exterior.
Por último, se mostró partidario de incentivar el trabajo por objetivos como forma de demostrar la confianza en las personas empleadas, y que el teletrabajo sea efectivo y se consolide su llegada al medio rural.
