“Dibujo con el dedo, es como modelar el barro, un contacto directo y sensual con el soporte, de manera que acorto la distancia del lápiz o el pincel y acarició directamente el papel”, manifestó el artista Joan Castejón, con motivo de la retrospectiva sobre su obra que acoge el espacio polivalente ‘La morada’, en la madrileña calle de La Palma. Castejón mantuvo una constante a lo largo de su vida: abrazar el arte y usarlo como lenguaje primario e intuitivo para expresar los sentimientos que surgen a partir de las experiencias y de la contemplación de los hechos sociales.
Según indicó durante una entrevista, él es un pintor “vocacional”, algo que, tal y como ha manifestado, se nota en su forma de acometer la obra: “Quiero acariciarla, que salga, porque son casi metáforas para mí. Si supiera escribir haría poesía en vez de dibujo”, dijo en este sentido.
En su obra más reciente, Castejón retomó el tema de los desplazados para sus obras, un asunto que vuelve a estar de actualidad y que ha llamado la atención de este artista: “El mundo está ahí, actuando, se están produciendo historias, a veces me tocan el corazón, la cabeza o las tripas, y reaccionas ante ello, todo sirve como fermento de obras”.
Castejón explicó que el arte es, a su juicio, el equivaliente a un idioma, algo que le permite “traducir rápidamente” sus sentimientos y sus ideas. “No hay mucha distancia entre lo que pienso y lo que hago, mi técnica me permite expresar y traducir en formas estos sentimientos”, recalcó.
El artista, quien siempre ha estado vinculado al mar (nació en Elche y vivió en las islas Canarias y Denia) incidió que siempre se desvinculó de las galerías de arte para sobrevivir con su obra, algo que siempre le pareció más “cómodo” y realizar su idea de lo que puede ser un autor. En este sentido, reveló que ha tenido que buscarse la vida “al margen del ámbito corporativo” y aseguró que ha “sobrevivido” gracias a los amigos que han confiado en él, a quienes se refiere como “pequeños coleccionistas” y “mecenas”.
Preguntado por sus referentes en la historia del arte, Castejón indicó que “cuando uno se lanza a la creación, asume la historia del arte y ve como un familiar lejano a Velázquez, como un hermano a Francis Bacon o como un abuelito precioso a El Greco”. Castejón nació en Elche en 1945 y en 1963 se trasladó a Valencia y asistió como alumno libre a la escuela de Bellas Artes de San Carlos. En 1965 pintó en el Sur de Francia.
