Un año más volvemos a honrar a la santa mártir en una jornada que reivindica el papel trascendental de la mujer en la sociedad. Sin duda con el tiempo la fiesta se ha transformado, pasando de ser una celebración dedicada exclusivamente al reinado por un día, a convertirse en un acto de afirmación que termine de una vez con los viejos roles que marginan a las féminas por el mero hecho de serlo.
Hoy en día afortunadamente se ha avanzado en este sentido, es cierto que aún queda mucho por recorrer. La equiparación en el ámbito laboral supone uno de los caballos de batalla que todavía no se han alcanzado. Así mismo, la terrible lacra del maltrato es otro aspecto que debemos desterrar entre todos de una vez, no es de recibo que a estas alturas tengamos que seguir escuchando noticias tan execrables.
Por tanto, deseo desde estas líneas que esta nueva edición de Santa Águeda sea un festejo en el cual imperen la alegría y el optimismo de cara a un futuro justo, libre de obstáculos, en el que se eliminen las diferencias entre sexos en vías de obtener la igualdad.
¡ Viva Santa Águeda !
