Cada día, cada semana, cada mes, el Partido Popular no ha dejado de presentar propuestas para una mejor gobernanza de nuestro país. Empezando por el propio presidente Casado, con varios pactos de Estado, hasta doce, que Sánchez no ha tenido ni la decencia ni educación de contestar.
Cada día, cada semana, cada mes, mis compañeros del Congreso y del Senado, hemos presentado medidas, actuaciones y proyectos para luchar contra la pandemia y contra el desastre económico y social que estamos viviendo y que empeorará; y cada día, cada semana y cada mes, recibimos un no por respuesta del Grupo Socialista y de la mayoría de los que gobiernan o le apoyan.
Siete meses de no recibir respuestas o de oponerse a las mismas, y mientras tanto la incertidumbre campa en España, porque no hay plan del Gobierno para atajarlo, pero sí para crear una crisis institucional, llevarnos de nuevo a un revisionismo histórico y dividir a los españoles. Este miércoles hemos presentado un plan económico para sacar a España de esta crisis, una vez más, que posiblemente no será perfecto, pero es un plan realista para ayudar a España y activarla, que no presenta el Gobierno y que nuevamente ha sido rechazado.
Me duele el alma, me duele ver al Grupo Socialista del Congreso, aplaudir a rabiar las intervenciones de Podemos, independentistas y filoetarras cuando insultan al PP, pero también a nuestra Constitución, a nuestro Rey, a nuestras instituciones y la unidad de España, simplemente para granjearse su apoyo y seguir en el gobierno al precio que sea.
Sí, rotundamente me duele el alma, oírles hablar de diálogo, arrimar el hombro, llegar a acuerdos, cuando la realidad es que son Sánchez, Iglesias y sus socios –desde el Gobierno– los que no quieren que nos entendamos, y no el PP ni la clase política de este país.
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(*) Diputado nacional del PP por Segovia.
