Cada vez más, nuestra sociedad de hoy nos va imponiendo un ritmo más acelerado en el modo de vida, que nos conduce al estrés, a las prisas, al nerviosismo… Decía D. Gregorio Marañón: “en este siglo acabaremos con las enfermedades, pero nos matarán las prisas”. Parece como si necesitáramos vivir con un ruido constante en nuestros oídos; nos da miedo estar en silencio, nos da miedo encontrarnos con la realidad de nosotros mismos con nuestras pobrezas, miserias y limitaciones, esta mirada sobre nosotros mismos es algo que no soportamos. Otro dato de nuestra cultura es que nuestros ojos están siempre pendientes de la imagen y de las pantallas luminosas… Todo ello, nos lleva, con frecuencia, a vivir una agitación profunda que nos crea ansiedad y un cierto malestar interior. ¿El uso y abuso de tantos sonidos e imágenes son buenos para nuestra vida?… no, definitivamente no. Nos hace falta el silencio amoroso de Dios.
Sé que no está de moda la propuesta cristiana a la oración, al silencio o la meditación, sin embargo, por mi experiencia, sé que es un camino valiosísimo para el encuentro con el amor de Jesucristo. Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre, por eso, Jesucristo hoy también sale a tú encuentro personal, pero no el Jesucristo que tú tienes en tu mente o aprendiste de tradición, sino la persona siempre nueva de Jesucristo. Jesús es siempre nuevo, como nuevo es su amor para ti. Jesús es alguien que quiere acompañarte en tu soledad, en tus heridas de la vida, en tu angustia o problemas o lo que te esté pasando en estos momentos… Jesús es alguien muy cercano a ti, tanto, que por su Espíritu habita en ti. Él te habla en el silencio, descúbrele y quedarás saciado.
Por todo ello, os invito a todos a recuperar el silencio interior y exterior para encontrarnos con Jesucristo vivo y resucitado. Madre Teresa de Calcuta, mujer de trabajo incansable entre los pobres, pasaba horas enteras delante de Jesucristo Eucaristía, ella misma decía: “en el silencio del corazón es donde habla Dios”.
Nuestra iniciativa parroquial quiere proponer a todos, la experiencia del silencio y el encuentro con Dios, a través de la oración ante Jesucristo Eucaristía.
Además, toda persona que necesite hablar, consultar, confesar, tener un acompañamiento personalizado, tendrá la oportunidad de tener un sacerdote a su disposición.
Hoy, Jesús te dice: “Venid a mí todos los que estéis cansados y agobiados”. Si te acercas encontrarás el descanso y la paz interior que sólo puede darte Dios.
La Cita es: PARROQUIA DE SAN MILLÁN, TODOS LOS VIERNES DE NUEVE A DIEZ DE LA NOCHE. Ahí te espera Jesús que te ama infinita y eternamente.
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(*) Párroco de San Millán.