En la película de Jaime Chávarri las bicicletas sí eran para el verano, pero me parece que en nuestra querida y a veces esperpéntica ciudad, las bicis no van a poder lucirse con todo su esplendor en la Vuelta Ciclista a Segovia por el tradicional paseo de Ezequiel González. Sí, amigos lectores: en su día se dijo que las obras de saneamiento, asfaltado, etc, se finalizarían antes de iniciarse ese evento. No solo va camino de no ser así, sino que llevan parados los trabajos más de un mes.
¿Qué ocurre? Pues que cada interviniente político/administrativo echa la culpa al ‘empedrao’; y nunca mejor dicho; porque, entre que debe hacerse una modificación de la contratación para aumentar cantidades por causas sobrevenidas, y no ponerse de acuerdo los actores competentes del consistorio, la casa sigue sin barrer.
Eso, y además está el divorcio consuetudinario del Ayuntamiento y la Junta sobre quién paga el asfalto. Es decir que este año el espectáculo de los ciclistas en la puerta del Atenas está en peligro mortal; y para espectáculo el que se lleva dando desde hace tiempo y lo que durará con un solo carril de subida. Al menos las barreras de seguridad son rojiblancas, como mi Atlético de Madrid. Esto es lo único que me consuela.
Por cierto, siguiendo con las dos ruedas. La Vuelta Ciclista a España pasará este año por la provincia: Maderuelo, Languilla, Ayllón, Santibáñez de Ayllón y el Puerto del Grado del Pico. Me parece muy bien; pero, apelando a la nostalgia de haber tenido nuestra ciudad varias llegadas de etapas, la última creo recordar en el año 2008, Las Rozas-Segovia, nos podría dar una alegría el IMD (Instituto Municipal de Deportes) negociando con la organización una llegada para el año que viene. Muchos a los que nos gusta este sufrido deporte les estaríamos muy agradecidos. Eso sí, espero que con el paseo de Ezequiel González en las debidas condiciones: físicas y mentales. Mientras tanto, las bicicletas no son para el verano en esa vía pública, que es una parte de la ‘circunvalación’ natural de la ciudad; porque la otra, la de verdad, aún no existe.
