Javier Guerra Polo: personaje que nació moviendo las piernecitas y demostrando a los allí presentes que su vocación iba a ser el atletismo en su más pura esencia. Y así es: a los cinco años ya mostró maneras en los juegos escolares, pero lo que es posible que no sepan es que empezó a jugar al fútbol en el C.D. Quintanar y ahí estuvo hasta los quince años.
Después ocurrió lo inevitable: se fijó en los éxitos de su padre, Paco Guerra. Le veía entrenar y se encandiló rápidamente en ese esforzado deporte. Así es que entró en el Club Atlético Joaquín Blume y fue su entrenador el recordado para siempre Isaac Sastre. Los primeros resultados tenían que llegar, porque su tesón y la experiencia de su progenitor fueron fundamentales. Quedó campeón de España juvenil de cross celebrado en Santander en 1999, antes lo había sido en el campeonato escolar cadete.
Un resumen de sus éxitos en las modalidades de cross, en pista y en ruta sirve para plasmar su valía: 13 campeonatos de España, 4 subcampeonatos, 3 medallas de bronce, 2 cuartos puestos en los campeonatos de Europa de maratón (Berlín y Zurich); recientemente el campeonato de España de Maratón en Zaragoza; y numerosas denominaciones como mejor deportista segoviano en las Galas del Deporte de la Asociación Segoviana de la Prensa Deportiva.
Y lo que es más emocionante: verle correr en la San Silvestre Segoviana, con su zancada característica y genuina, llegando a la meta sin divisar al segundo corredor. Ahora quiere hacer la Maratón de Sevilla, y que le sirva como preparación para los Juegos Olímpicos en París. Por todo eso Javi debe ser un personaje genuino del deporte segoviano.
