Ramón Jáuregui, hoy eurodiputado pero no hace tanto uno de los hombres fuertes del socialismo vasco, afirmó ayer que, en contra de lo que han manifestado sus propios compañeros del PSOE, no hay que «despreciar» los últimos «movimientos en el seno de la izquierda abertzale, porque, a su juicio, ese mundo «quiere que acabe la violencia». El legislador comunitario afirmó que dichas maniobras de Otegi y sus pupilos «intuitivas» de que «ese mundo quiere que terminen los atentados, aunque, añadió», «todavía no lo hacen con la suficiente claridad y valentía».
«Yo creo que esto es lo importante, a mí me parece que no hay que despreciar esos movimientos, pero hay que exigirles claridad y firmeza. Tienen que saber que la única manera de acabar es pidiéndole a ETA que deje de matar, porque, a partir de ahí, se abre un espacio nuevo», agregó.
Por lo que respecta a la polémica por el retraso de la transferencia de las políticas activas de empleo, acordada entre los socialistas y el PNV a cambio del voto favorable de los nacionalistas a los Presupuestos Generales para 2010, Jáuregui aseguró que «no le parece admisible» que los jeltzales hayan exigido como condición en su pacto establecer «un veto a las políticas que los Gobiernos regional y central puedan hacer en esa materia». En tal sentido, manifestó que la exigencia de la formación de Íñigo Urkullu de que la transferencia «tiene que ser visada» por ellos, es «inexplicable e inadmisible».
En cuanto a la carta publicada ayer por el ex lehendakari Ibarretxe, en la que asegura que, en materia económica, el Ejecutivo de Vitoria está «ausente», el socialista aseguró que las críticas no son «justas» porque el Gabinete de Patxi López ha incorporado un programa de inversión «muy notable».