La presión sobre el nuevo Gobierno en la Junta de Andalucía de Juanma Moreno va a ser enorme. Como lo es la esperanza puesta en este deseado relevo de gobierno para andaluces y españoles también.
Este nuevo gobierno se enfrentará a la resistencia de un sistema edificado por el PSOE andaluz para blindar y perpetuar su permanencia en el poder y, también, por el seguro deseo del populismo de incendiar las calles a la primera oportunidad allá donde puedan permitírselo.
Mientras y por si acaso se trata de su último fin de año en La Moncloa -ha debido pensar Pedro “el cum laude”- pasará sus vacaciones de fin de año, con su mujer, Begoña, sus dos hijas, y la perra en la residencia de La Mareta en Lanzarote. De nuevo usando el avión Falcón desde Torrejón para uso privado ¿En qué se gastan estos dos personajes de altos vuelos “low cost” los dos buenos sueldos que perciben? ¿Se habrán ido de entrenamiento de unas pretendidas vacaciones reales o regias? ¿Estará preocupado el Secretario General porque cientos de socialistas, con sueldo público en la Junta, se van a quedar sin sustento y en la calle gracias a su política en Cataluña? Mientras desde La Moncloa vuelven a negarse a facilitarnos el coste del descanso familiar presidencial y su “saquito” en la finca de La Mareta, en Lanzarote.
Este acuerdo histórico entre el PP, Ciudadanos y Vox para enviar a los socialistas andaluces a la oposición, por primera vez en 36 años, ha estado muy presente en el Pleno del Senado que se ha celebrado horas después de que se constituyera el Parlamento de Andalucía. Miedo da pensar lo que viene para el año nuevo. Eso sí días entretenidos y de alertas nos esperan.
El PSOE dejará de presidir la Junta de Andalucía tras casi 40 años al frente de la Comunidad más amplia de España: ¿rendirá cuentas de su legado, en términos de renta, progreso escolar y empleo? Esta época quedará marcada en la historia como muy negativa y servirá para justificar el ¿Por qué? del cambio decidido por los andaluces, cansados de que una magnífica tierra, con tanto potencial, aparezca permanentemente hundida en los índices que miden la calidad de vida y por el contrario tan arriba en los índices de corrupción y clientelismo político.
El cambio de gobierno en la Junta de Andalucía pondrá a prueba a Ciudadanos en su primera gran experiencia de Gobierno en coalición.
Mientras tanto, y en 2019, el elegido democráticamente Secretario General del PSOE seguirá queriendo agotar la legislatura y la paciencia de los españoles, pese a contar solo con 83 diputados y pese a contar con un escaso apoyo de sus “socios”, en lugar de convocar a nuevas elecciones, que difícilmente ganaría, ni con la ayuda del CIS al cambiar la receta para cocinar las encuestas de intención de voto, muestra más irresponsabilidad política que preocupación por España.
Una cosa sí que cabe reconocer como hecho constatado: que la deriva independentista catalana, a la que le servía como excusa la presencia del “inmovilista gobierno de Rajoy en la Moncloa”, no depende en absoluto de quien ejerza el gobierno de España.
Pero quien verdaderamente sufrirá, en 2019 y años siguientes, las consecuencias de una decisión mal tomada, y poco meditada, será Reino Unido que no levantará cabeza durante al menos una década de llegarse a la opción más dura del denominado BREXIT.
El discurso de Nochebuena de Felipe VI, se quiera o no se quiera, se sea o no se sea monárquico, hizo un llamamiento al espíritu de consenso y convivencia pacífica, que ha sido apoyado por los principales partidos de ámbito nacional. Con esto nos quedamos.