Opino que todo el que leyere conoce, sabe y ha ‘bailaó’ un popurrí. Que no es más que la mezcolanza de cosas diversas. Vamos, un cajón de sastre. Pues ese, concretamente ese, es el ‘divertimento’ que les propongo, si es que entretenerse quieren en lo que se describe en ‘la cuesta abajo’.
En el Teatro
De esto que cuento ha pasado ya –más/menos-, un siglo. Fue el 14 de octubre de 1927 cuando llegó al Teatro Cervantes de la ciudad la compañía ‘Méndez-Joserna’, para poner en escena la zarzuela ‘El Huésped del Sevillano’. La obra se había estrenado unos meses antes en el teatro Apolo, de Madrid. Lo destacado estaba en la dirección de orquesta, pues la llevó de la mano el maestro Jacinto Guerrero y Torres. Uno de los compositores de teatro lírico más importante del siglo XX. En ambos días, viernes y sábado –cuatro funciones entre ambas-, se puso en la taquilla el cartel de ‘no hay entradas’. A rebosar. El libreto estaba escrito por José Ignacio Luca de Tena y Enrique Reoyo. La obra en Segovia, como en toda España, alcanzó un éxito innegable y el maestro Guerrero poco faltó para que saliera del teatro de la calle Real a hombros.
Pregunta inocente ¿indecente?
¿Sabrá alguien, por ventura, cuándo se acabarán las obras del Cervantes? – solo en aproximación, pues pedir fecha fija ¿pa qué? Creo, sin poderlo afirmar, que ya se ha superado un mes sobre el tiempo que tardaron en construir nuestros antepasados los más de 3.000 metros de la muralla de la ciudad –siglo III d.C., incluida la profunda remodelación del siglo XI, con Alfonso VI- ¿Será verdad?
¡Viva la Infanta!
Me refiero a la Infanta Isabel, en referencia a la ubicación y emplazamiento del monumento a su persona en los Jardines del Real Sitio de San Ildefonso. El lugar elegido fue el paraje conocido como ‘El Corro Grande’, frente a la entrada principal de los jardines y llevado a efecto el día nueve de octubre de 1927. Para entonces, el lugar era ya centro de reunión de miembros de la colonia veraniega y donde acudía la Infanta, sin perder una sola de las reuniones. Eso sí, el ‘corro’ acababa justo a la hora de la comida del mediodía.
El pregón de la Feria
Llegado junio de 1927, fiestas en la ciudad, siendo alcalde Fernando Rivas (luego gobernador civil de Huesca), se acordó en el Ayuntamiento dirigirse al comediógrafo, poeta y abogado, José Rincón Lezcano (1), con la finalidad de que fuera pregonero en la noche del 23, en apertura de las Ferias y Fiestas de la Ciudad y durante el paso de la cabalgata artística. Y aceptó. El señor Lezcano tenía como antecedente el haber sido autor, a dúo con Eduardo Montesinos, de la obra teatral ‘La Alcaldesa de Hontanares’, con la que abrió sus puertas al público el Teatro Juan Bravo el día 26 de octubre de 1918. Esta, la obra, dividida en tres actos, había sido estrenada en Madrid el 22 de marzo de 1917.
Atrio ‘descabezado’
El trabajo de adorno se había realizado muchos años antes. La noticia ‘saltó’ en 1903. Su referencia, el atrio de la iglesia de San Justo, Lucía este lugar un atractivo especial, donde, en su ubicación anterior a la entrada de la iglesia, se reunían vecinos y cofrades en celebraciones. Todo el recinto estaba (está) cerrado con una tapia de mampostería y un puerta de hierro para su acceso. A lo largo del contorno, como adorno final, en diferentes puntos se ubicaban atractivas bolas de piedra caliza. En su lugar estaban hasta que…
Una noche de enero del referido año un grupo de personas promovieron un gran alboroto en la calle Santa, al lado mismo de la iglesia. De resultas, los alborotadores se ‘liaron a estacazos’ con las bolas y una a una derribaron todas. Recuerden la fecha, día 4 de enero del año 1903 y en hora de las once de la noche, cuando el grupo de mostrencos, -aplicado el término al ignorante; torpe, bruto…-, según lo define la RAE, se ‘divertía’.
Un obispo con posibles
Tiempo atrás escribí sobre el obispo Juan José Martínez Escalzo, navarro de Sesma. El mismo que gobernó la diócesis de Segovia entre 1765-1773 y tuvo el gran honor de consagrar la Catedral en 1768. En este apartado, el de la obra del templo, hay que dejar constancia de que fue de los obispos que no volvió la espalda a las necesidades que una obra tan grande tenía. Ejemplo. Pocos meses antes de su muerte, llegaron al templo seis Hacheros (Candelero) realizados en Madrid con plata y bronce. Cada uno de ellos tuvo un coste de 20.000 reales. Se dijo entonces que ‘habrá muy pocos como ellos en otras catedrales, tanto por su hermosura y grandiosidad, como por lo bien acabados que están’.
También de su pecunio (2), sufragó la reja de la capilla de San Geroteo, donde está enterrado, cuyo peso fue de 500 arrobas (5.741 Kg.), y en el mismo lugar el retablo pagando 150.000 reales. Sólo el dorado tuvo un coste de 40.000.
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(1) Rincón Lezcano, nació y falleció en Madrid. De raíces segovianas, su padre nació y residió en Hontanares, demostró siempre su cariño hacia todo lo segoviano. Fue colaborador de ‘El Adelantado’ a través de la página literaria que dirigía José Rodao.
(2) ‘Conjunto de bienes o cantidad de dinero que se posee’.
