Por simple casualidad. ¿No recordará usted, lector/lectora, la fecha en la que la torre de la iglesia de Santa Columba, la que estaba en el Azoguejo, o al lado, se derrumbó? Pues se lo digo. Fue el 17 de enero de 1818. La noche estaba bien entrada.
El señor cura y los fieles trasladaron altares y alhajas al Convento del Carmen (hoy Bankia). Allí permanecieron durante un año, tiempo en el que se reconstruyó la torre. Pero… muy poco después de ser levantada, otro hundimiento dejó sin opciones de culto. Éste se traslado, año 1820, a la capilla del Convento de la Encarnación o Santa Rita. Ese mismo año la Comunidad de monjas agustinas se fue a Valladolid, y la iglesia conventual la ocuparon totalmente los parroquianos de Santa Columba.
Las monjas regresaron en 1823. La parroquia permaneció allí hasta 1827 año en que se trasladó a la de San Clemente. En 1828 se concedieron permisos para levantar la torre; mas, y pese a los intentos, no llegó dinero suficiente. Ante la ruina, volvieron al convento del Carmen donde se alojaron hasta el 3 de agosto de 1837. En esa fecha, las autoridades, ante la llegada de los carlistas de Zariategui, mandaron derribar lo que restaba de la torre. Los efectos de la iglesia se trasladaron al convento de San Francisco (hoy sede la Academia de Artilleria).
El peregrinar acaba el 11 de mayo de 1843, cuando Santa Columba es agregada a la parroquia de San Millán.
Hoy, por la dedicación, cariño y esfuerzo del librero Guillermo Herrero, hay una capilla donde la iglesia estuvo. El mérito, a quien se debe.
Adoquines en el Azoguejo
Seguro de toda seguridad, que aquel que leyere estas líneas se habrá preguntado más de mil veces (cuando menos 1001) al paso por el lugar:
-«¿Cuándo comenzarían los adoquines a poblar la plaza del Azoguejo?».
Entendiendo su necesidad de conocer y dando por seguro (¿o no?), que su interés va dirigido al adoquín de piedra, doy al tema, a modo político, una respuesta parcial. Hasta el 2 de enero de 1911 todo el entorno de la plaza estaba emborrillado (1). En esa fecha llegaron… los adoquines. A modo de ‘prueba’ fue adoquinado el tramo entre el inicio de la escalinata del Postigo (Santa Columba) y el comienzo de la calle Angelete (después Ruiz de Alda; ahora Teodosio El Grande). Un poco después, con la llegada de mayor número de piedras, se vistió a toda la plaza de adoquín. Más tarde, y es su estado actual, se pusieron losas y, para no olvidar tiempos pasados, se dejaron algunos ‘pasillos’ de emborrillado.
Por ¿una? copa de más
Lo leí en El Adelantado de 11 de abril de 1897. El coche-correo a caballo que recorría la distancia entre Segovia y Riaza partía de la capital a las 0,30 horas. En sus estancias, cinco viajeros, el conductor y el correo. Tras salir de la plaza Mayor, pasa por la de El Potro y se dirige a Capuchinos. El vehículo da bandazos constantes por su inapropiada velocidad. Los viajeros se tiran en marcha. Un mozo de la administración del correo intenta subir al lugar que ocupa el conductor. Éste, de un ‘mamporro’ (2), lo lanza a la calle. La intervención de la policía evita males mayores. Mientras que al borracho, pues borracho y bien borracho estaba, se lo llevan a la Comisaría, a los viajeros y el mozo heridos los ayudan a caminar hasta la Casa de Socorro.
Ésta si es buena
Año 1909, inicios del siglo XX. Calle Real, tramo de Juan Bravo. Día, sábado 9 de mayo. Una persona entra el patio de la vivienda y se dirige a una casa. Los vecinos no lo conocen, y cunde la alarma ante la osadía del desconocido al que se considera un ladrón. Un miembro de la comunidad sale corriendo hasta el puesto de policía del Azoguejo. Estos llegan a la vivienda, buscan, encuentran, toman declaración y… hay nota ‘oficial’ resumen:
«Es un ex alcalde de un pueblo de la provincia que entró en la casa para practicar una urgente necesidad».
La policía omitió poner en el escrito el nombre.
=======
(1) Empedrar con los cantos rodados que se recogen de los llamados ríos viejos para emplearlos como material «de pisar» en las calles y plazas.
(2) Golpe, coscorrón, puñetazo (RAE).
