Las fuerzas de seguridad italianas detuvieron a nueve personas en la isla de Cerdeña y en otras siete provincias de la península en el marco de una operación para desmantelar una célula de Al Qaeda que contaba con un terrorista kamikaze en suelo italiano y que podría haber planeado perpetrar un atentado contra el Vaticano.
Las investigaciones inquirieron a las autoridades a dar órdenes de detención contra 20 personas, de las cuales nueve ya fueron detenidas. Las restantes once personas están en busca y captura, aunque la Policía cree que solo tres seguirían en Italia.
Entre los detenidos figuran dos miembros de la red que formaron parte del aparato de apoyo en Pakistán al anterior líder de Al Qaeda, Usama bin Laden, que murió en mayo de 2011 abatido a tiros por fuerzas especiales estadounidenses en el asalto a su escondite.
También figuran entre los arrestados los autores de un atentado que dejó más de 100 muertos en un mercado de la localidad paquistaní de Peshawar que tuvo lugar en octubre de 2009.
Las conversaciones interceptadas a los miembros de la red llevaron a los investigadores a pensar que contaban con un terrorista kamikaze en Italia y les dejó la “fuerte sospecha” de que podrían haber llegado a planear un atentado contra el Vaticano.
El jefe de la Fiscalía en Cagliari, Mauro Mura, fue el encargado de coordinar las investigaciones desde Cerdeña, la isla en la que tenía su base la célula.
La macrooperación policial se ha llevado a cabo en las provincias de Sassari, Bergamo, Macerata, Roma, Fronsinone y Foggia y los arrestados están acusados de cometer actos terroristas en el extranjero, asi como de beneficiarse de la inmigración clandestina para obtener fondos.
La célula operaba principalmente en Olbia, en Cerdeña, y en la región del Lazio, en el centro de la península italiana, bajo la cobertura de un imán de Bérgamo.
Las conversaciones interceptadas permitieron descubrir que dos de los arrestados formaron parte del aparato de apoyo y protección que tenía en Pakistán Usama bin Laden, el anterior líder de Al Qaeda abatido por Estados Unidos en Abbottabad en 2011.
Para financiarse, la célula terrorista traficaba con inmigrantes procedentes de Afganistán y Pakistán, a los que introducía en Italia con contratos de trabajo falsos y solicitudes de asilo argumentando que estaban perseguidos en sus países de los que procedían.
