El futuro político de Italia se decidirá hoy, en la segunda jornada de las elecciones parlamentarias que se iniciaron ayer y que registraron una participación del 47 por ciento de los más de 50 millones de ciudadanos con derecho a voto. Una afluencia bastante inferior a la registrada en los anteriores comicios, en 2008 (de más del 49 por ciento).
La nieve en el norte y la lluvia en el sur complicaron en muchos lugares el desarrollo de la jornada, que centró las miradas de los mercados financieros y los políticos europeos, que temen una recesión en el país ante la más que posible probabilidad de que ninguno de los candidatos consiga los apoyos suficientes como para formar un Gobierno estable y en solitario.
Los colegios electorales abrieron sus puertas a las 08,00 horas y cerraron a las 22,00. Hoy, la votación se desarrollará únicamente por la mañana, de siete a tres de la tarde, aunque ya habrá comenzado el escrutinio del día anterior y se prevé que los resultados se conozcan antes del anochecer.
El primer ministro saliente, Mario Monti, fue uno de los primeros líderes en depositar su sufragio. «Recordemos siempre que el voto es la esencia de la democracia», declaró.
Silvio Berlusconi también votó ayer, en un colegio de Milán, donde fue recibido por tres jóvenes desnudas, integrantes del colectivo feminista Femen, con gritos contra su persona.
Además, Il Cavaliere protagonizó otra de las noticias, al quebrantar la jornada de reflexión del pasado sábado. «El Poder Judicial es peor que la mafia siciliana» declaró antes de cargar contra Alemania, la Unión Europea y su rival Mario Monti.
«Obviamente, no me estaba refiriendo a la gran mayoría de jueces honestos e inocentes, pero una minoría recurre a la Justicia con el propósito de la lucha política», justificó el exprimer ministro, que defendió la legalidad de sus palabras por no haber pedido el voto a los ciudadanos, sino de expresar su opinión.
El favorito de las encuestas para hacerse con la victoria, el líder de centro-izquierda Pierluigi Bersani, también participó en la fiesta de la democracia, en su caso en Piacenza.
