Inmutable ante las turbulencias en sus relaciones con EEUU y el Reino Unido, Israel confirmó ayer que prevé ampliar su presencia en la ocupada Jerusalén Este, con la construcción de 20 nuevas viviendas, que se añaden a los 1.600 inmuebles en proyecto que fueron anunciados hace unos días.
En una decisión que seguramente enfurecerá a los palestinos y frustrará a los partidarios occidentales de congelar la edificación judía en los asentamientos, un funcionario israelí reveló que se ha dado luz verde para desarrollar un vecindario del que los palestinos fueron expulsados el año pasado.
La información se hizo pública mientras el primer ministro hebreo, Benjamin Netanyahu, celebraba una entrevista inusualmente discreta con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para intentar enmendar las relaciones.
Netanyahu asegura que lamentó el mal momento en que se produjo el anuncio de los planes de construcción en Jerusalén Este, coincidiendo con una visita del vicepresidente de EEUU, Joe Biden, hace dos semanas, algo que Washington calificó de «insultante».
Sin embargo, el lunes insistió antes de comparecer frente a un influyente grupo de estadounidenses judíos que «Jerusalén es nuestra capital» y la construcción continuará hasta que Israel lo considere necesario.
Este desafío coincidió con una sanción pública a Tel Aviv por parte del Reino Unido, que anunció que iba a expulsar a un diplomático hebreo por la falsificación de pasaportes británicos utilizados por los presuntos asesinos de un comandante de Hamas en Dubái.
Israel declaró que lamentaba la decisión, pero algunos analistas auguraban ayer que no habría daños significativos en las relaciones bilaterales. El grupo que mató al líder de Hamas utilizó pasaportes falsificados de Irlanda, Francia, Alemania y Australia, y sus autoridades esperan poder examinar las pruebas que implican a Israel.
Por su parte, el negociador palestino Saeb Erekat indicó que su presidente, Abu Mazen, insistirá en eliminar los planes de construcción en los distintos barrios del Jerusalén ocupado. «Cuando decimos paz o asentamientos, parece que él se decanta por los asentamientos», argumentó Erekat en alusión a Netanyahu.
Israel se anexionó Jerusalén Este como parte de su capital tras capturarla durante la guerra de los Seis Días, en 1967, en la que derrotó a una coalición de varios países árabes. Los palestinos la reivindican como centro del futuro Estado que pretenden establecer en la ocupada Cisjordania y en Gaza.
