El Adelantado de Segovia
viernes, 21 noviembre 2025
  • Segovia
  • Provincia de Segovia
  • Deportes
  • Castilla y León
  • Suplementos
  • Sociedad
  • Actualidad
  • EN
El Adelantado de Segovia

Invitación a la Fantasía Elegíaca op. 59 de Sor

por Mario Antón Lobo
4 de marzo de 2025
en Tribuna
MARIO ANTON LOBO
Compartir en FacebookCompartir en XCompartir en WhatsApp

El día que el Rey Alfonso XIII abatió 100 faisanes a tiros

Las justas reivindicaciones de los médicos

Luis Mester

Tengo para mí que Fernando Sor, cuando aborda la composición de la Fantasía Elegíaca opus 59, se despide de la vida.

Ha llegado a la cima del esplendor con su capacidad para interpretar con la guitarra. Ha llegado a expresar, en el pentagrama, en el sonido de la guitarra, todo aquello que se le ha pasado por la cabeza. Ha triunfado como artista: éxito, fama, dinero. Ha conocido el amor. También ha pasado por las experiencias más duras: el aprendizaje, la guerra, el exilio, la viudez.

En los últimos momentos de su vida, a la vejez se le añaden dos tragedias: su propia enfermedad y la enfermedad primero y la muerte después de su alumna, joven, embarazada.

La tristeza que emana del corazón de Sor se enreda en toda su sabiduría guitarrística y sobre los pentagramas vacíos Sor va derramando el poso que le ha dejado la vida. Tanto de su experiencia como ser humano, como de su evolución como guitarrista.

A través de los pasajes de la Fantasía Elegíaca Fernando Sor va enumerando el paisaje que ha recorrido durante su vida. Los momentos de felicidad, corta, caduca, entreverados con los momentos de dificultad y sufrimiento.

Las notas que se van sucediendo pareciera que solo las puede poner un guitarrista. Sólo él sabe dónde van a irlas a buscar los dedos de una manera natural, sin violencia. Sin por ello contrariar el dulce discurrir de las melodías. La música que emerge de la guitarra deja de ser música de guitarra para convertirse en música, en un resumen de vida, en un adiós. Una sonrisa triste recorre toda la composición. Como si nos estuviera diciendo: “Fui feliz, sufrí, mereció la pena, pero me voy. Casi me alegro porque no sé si podría soportar más tristeza. Ahí os dejo todo lo que he llegado a alcanzar. Podríais vosotros también alcanzar instantes de felicidad.”

Ya Sor no necesita grandes caracoleos ni piruetas. ¿Resignado, derrotado? No. Comprendiendo la naturaleza de las cosas, de las personas, de la música, de la guitarra, nos deja su herencia más auténtica. Vida, música y guitarra en un mismo paquete. Toda su experiencia vital, el resumen de sus ilusiones. Ni resignado ni derrotado. Añorando circunstancias favorables, deseando una vida más larga y sin tantas dificultades. Comprendiendo que ha cumplido su ciclo vital y ahora le toca a él marcharse.

Desde que la interpretó Carlo Marchione en los conciertos de la Sociedad Española de la Guitarra, la he escuchado con fruición. Creo que pocos la interpretan como Carlo Marchione, aunque Alex Garrobé, Marcin Dilan, Pablo Lentini, entre otros, también la bordan. Fui a Petrer expresamente para escuchar y felicitar a Marchione por su interpretación. El público, entre agradecido y acostumbrado, le pidió un bis después de interpretarla. Yo, que estaba al ladito suyo, exclamé al unísono con él: qué se puede tocar después de esto. Pondría silencio, largo, agradecimiento, una sonrisa y me iría.

Alex Garrobé, guitarra en mano, explicaba, en una conferencia en la Academia Katarina Gruska, cómo esta obra está formada por módulos. Esos módulos, conjeturo yo, se pueden corresponder con distintos momentos de su vida, de la vida: un paseo con la amada, el nacimiento de una hija, la esperanza en el provenir; la marcha fúnebre, el grito de dolor, la pregunta a un Dios lejano ¿por qué?

En mis viajes largos, mientras mi novia se recupera dormida del madrugón, he dado al play del reproductor y he ido escuchando esta obra. Me la sé de memoria. Fruto de esta admiración procedí al aprendizaje, para interpretarla. Aunque no alcancé el grado de perfección de los mencionados siempre recibo el mismo mensaje, la misma satisfacción. Qué curioso: se parece mucho, mucho, a cuando termino de leer El Quijote. Como si fuera gasolina para enfrentar el último tramo del camino, sin desesperación, aprovisionando comprensión, misericordia y ternura hacia las cosas que hacemos las personas.

Fantaseo que, de la misma forma que esta es la última obra de Fernando Sor, su testamento, ha de ser mi última obra. Por eso interrumpí el aprendizaje. Sólo me he estudiado las nueve páginas primeras de la edición de Thomas Königs. No temáis: no pienso tocarla en público. Me gustaría completarla en el penúltimo suspiro para irme sonriente y agradecido.

Compartir en Facebook122Compartir en X76Compartir en WhatsApp
El Adelantado de Segovia

Edición digital del periódico decano de la prensa de Segovia, fundado en 1901 por Rufino Cano de Rueda

  • Publicidad
  • Política de cookies
  • Política de privacidad
  • KIOSKOyMÁS
  • Guía de empresas

No Result
View All Result
  • Segovia
  • Provincia de Segovia
  • Deportes
  • Castilla y León
  • Suplementos
  • Sociedad
  • Actualidad
  • EN

Edición digital del periódico decano de la prensa de Segovia, fundado en 1901 por Rufino Cano de Rueda