Las sartenes son uno de lo utensilios de cocina más importantes y que nos acompañan en nuestro día a día, comida a comida, pero puede que esas que tengas guardadas en los cajones de tu casa no sea precisamente las mejores, pudiendo afectar incluso a tu salud sin que lo sepas. Y es que los tecnólogos de alimentos tienen muy claro que la sartén de acero inoxidable es la opción más segura y recomendable, no solo porque sean algo que dura muchísimo, sino porque evita muchos de los problemas asociados a otros materiales que se deterioran con facilidad o que pueden liberar sustancias no deseadas al calentarse.
Así que si quieres un utensilio fiable, sin riesgos añadidos y capaz de soportar el uso diario sin perder propiedades, la sartén de acero inoxidable gana por goleada, siendo un opción robusta, que se limpia bien, no desprende partículas y no depende de recubrimientos delicados; vamos, que es la candidata perfecta para quien quiere comprar bien una sola vez y olvidarse del tema durante mucho tiempo.
Por qué las sartenes de acero inoxidable son las mejores que puedes encontrar en el mercado
En los últimos años hemos visto cómo crecía la preocupación por los materiales con los que se fabrica cada sartén, y es que desde la retirada del PFOA hasta el debate sobre los PFA’s, muchos consumidores no han sabido muy bien qué elegir, mientras que los tecnólogos de alimentos insistían en que el foco debía ponerse en la seguridad y no solo en la comodidad de cocinar sin que nada se pegue.
Mario Sánchez, tecnólogo de alimentos especializado en nutrición y seguridad, lleva tiempo explicando que el problema no es tanto el teflón como los compuestos utilizados para fijarlo a la sartén. Y ahí es justo donde entran en escena los PFA’s, sustancias persistentes que generan bastante inquietud porque pueden permanecer en el medio ambiente y acumularse con el tiempo. La buena noticia es que hoy existen modelos de teflón sin PFA’s, pero incluso así, si preguntas cuál sería la mejor alternativa para el día a día, la recomendación vuelve a ser la misma, y es elegir una sartén de acero inoxidable.
La razón es sencilla, ya que este material es inerte, no transfiere sustancias a la comida y soporta temperaturas muy elevadas sin sufrir daños, por lo que para cualquiera que pase varias horas a la semana entre fogones, esto supone cocinar con plena tranquilidad y evitar estar pendiente de si el recubrimiento se está levantando o si la sartén ha perdido propiedades.
Además, la Organización de Consumidores y Usuarios también respalda esta recomendación, destacando que estas sartenes son habituales en cocinas profesionales porque resisten arañazos, no se deforman y pueden acompañarte durante muchos años sin apenas deterioro.
Cómo sacarle partido a una sartén de acero inoxidable y qué otras opciones existen
Si bien es cierto que las sartenes de acero inoxidable son las mejores, también requieren de un pequeño aprendizaje por nuestra parte antes de usarlas, todo ello debido a que no es antiadherente como tal, lo cual puede generar un poco de frustración al principio. Pero no te preocupes, porque con el tiempo la sartén va cogiendo una ligera pátina que mejora aún más el resultado, así que todo es dedicarle un poco de mimo y tener algo de paciencia.
Quienes busquen alternativas también tienen otras posibilidades, aunque con algunos matices que veremos a continuación:
- Sartén de teflón: muy cómoda para cocinar y limpiar, pero delicada; en cuanto aparezcan arañazos o zonas levantadas, hay que sustituirla.
- Sartén de cerámica: soporta altas temperaturas, pero su antiadherencia suele durar menos con el uso.
- Sartén de hierro fundido: fantástica para cocinar a la plancha y distribuir el calor, aunque pesa bastante y necesita curarse para que no se pegue.
Lo importante, según los expertos, es no perder de vista el estado de la sartén, ya que cualquier deterioro, ya sea un recubrimiento rayado o una superficie dañada, es motivo suficiente para renovarla.
