Desde que lanzó su campaña de firmas, contra la financiación con dinero público del Palacio de Congresos en La Faisanera, el alcalde, Pedro Arahuetes, lleva en el bolsillo de su camisa un pliego donde los ciudadanos puedan estampar su rúbrica para decir «no» a los planes de la Diputación Provincial y la Junta de Castilla y León.
Contó ayer el alcalde que este miércoles, en las Cortes de Castilla y León, donde acudió para presentar el debate sobre el estado de la región, un «segoviano vinculado al PP» le preguntó por la campaña, expresándole, sotto voce, su adhesión. Como un resorte, Arahuetes sacó de inmediato el papel de su bolsillo y, a la espera de un bolígrafo, le ofreció sumarse al listado. Ayer contaba Arahuetes que este segoviano rehusó la invitación porque «pese a estar de acuerdo, me confesó que desde el PP le habían advertido que iban a revisar los pliegos para conocer, con nombre y apellidos» quien mostraba su disconformidad con el Palacio de Congresos en La Faisanera, en Palazuelos de Eresma.
La Real Academia Española de la Lengua sostiene que «intimidar» es «causar o infundir miedo». De intimidaciones habló ayer el alcalde, Pedro Arahuetes; pero también el portavoz del PP, Jesús Postigo, en la particular ‘guerra fría’ que mantienen populares y socialistas a raíz de la campaña de recogida de firmas impulsada por el Gobierno municipal socialista contra la construcción del Palacio de Congresos en La Faisanera.
Abortada la fórmula de la ‘consulta popular’ por el Juzgado, tras el informe desfavorable de la Abogacía del Estado, se presumía que la mera recogida de firmas, de eficacia discutible, podía rebajar la tensión entre partidarios y detractores de la infraestructura. Nada más lejos de la realidad. Ambos se reprocharon sendas campañas de intimidación para que los ciudadanos se posicionen, en un caso, para firmar y decir «no» al Palacio en la Faisanera, como postulan los socialistas, o , en el caso contrario, para no estampar la rúbrica, como defienden los populares, y que la iniciativa del alcalde resulte ser un fracaso.
El primero en desatar las hostilidades fue Postigo que, a preguntas de los periodistas, en conferencia de prensa, no dudó en afear la actitud que, a su juicio, está demostrando el alcalde. «[Arahuetes] Está intimidando a demasiados ciudadanos que, en condiciones normales, no sé si hubieran firmado» contra el proyecto capitaneado por la Diputación Provincial en Segovia 21, afirmó el líder popular.
Con esta iniciativa, el alcalde «entra en la libertad e intimidad» de las personas, señaló Postigo, quien, una vez más, atribuyó la campaña de recogida de firmas a un «ataque de celos» de Arahuetes «que ha visto solucionado un problema que él ha sido incapaz de resolver en diez años».
La primera reacción del alcalde al conocer las manifestaciones de Postigo rozaron la guasa. «Todos los días sacamos las navajas y los cuchillos e intimidamos, es nuestra estrategia y vamos a seguir con ella», apuntó. Tras la ironía, Arahuetes señaló que «no hace falta decir a nadie que firme, he estado en varias mesas y la gente acude masivamente a firmar». La campaña, según dijo el alcalde, ha recibido «miles y miles» de firmas y se extenderá hasta el 7 de julio «por demanda vecinal».
Fue entonces cuando Arahuetes habló de que, al contrario de lo manifestado por Postigo, lo que él sí tenía constancia es de intimidaciones de los populares para disuadir a los ciudadanos a estampar sus firmas en los pliegos. El alcalde aseguró que tenía constancia de que personas vinculadas al PP o simpatizantes con este partido están»amenazando entre comillas» a ciudadanos «con consecuencias negativas». «Estas personas me han dicho que querían firmar pero que les habían dicho personas vinculadas al PP que iban a revisar todas las firmas», añadió el alcalde, que dijo conocer «seis casos» en los que ha ocurrido esta circunstancia. «Es una estrategia de intimidación del PP, claramente, pero no tendrá ninguna incidencia», declaró el alcalde, quien añadió que si hubiera podido celebrar la consulta popular, donde el voto es secreto, los populares «no hubieran podido utilizar esas tácticas».
«Conocer la opinión de las personas para el PP es negativo, supone un riesgo, tiene miedo escénico a la democracia», aseguró Arahuetes que censuró las manifestaciones de los populares en los que han asegurado que en su programa electoral figuraba la construcción de un Palacio de Congresos en una zona «bien comunicada». «Cada vez que intentan justificarlo, meten la pata, ¿por qué no dicen la verdad? ¿Acaso pensaban proponer a los segovianos la construcción de una infraestructura en otro término municipal?. Es como si yo prometiera arreglar los baches en Espirdo».
Sobre la campaña de recogida de firmas, Postigo aseguró que Arahuetes había cometido «muchas torpezas» en ese asunto, como la de promover la fallida consulta popular, tumbada por el Juzgado, donde el alcalde, abogado de profesión, cometió un fallo «garrafal», como fue obviar el artículo 71 de la Ley de Bases de Régimen Local que regula este tipo de iniciativas. «No ha sido solo que necesitara la autorización del Gobierno, que era preceptivo, sino que se produjo el ninguneo y desprecio al pleno del Ayuntamiento«, añadió.
