El Papa comunicó a los, aproximadamente, 60.000 fieles de Comunión y Liberación llegados de 47 países del mundo, reunidos en la plaza de San Pedro de Roma que la moral cristiana no consiste en “no caer nunca sino en levantarse siempre”. Francisco les pidió que conserven su carisma manteniendo “vivo el fuego” y no adorando “las cenizas”.
“El carisma no se conserva en una botella de agua destilada. La fidelidad al carisma no quiere decir petrificarlo, pues es el diablo quien petrifica; no quiere decir escribirlo en un pergamino y enmarcarlo en un cuadro”, indicó el pontífice argentino.
El Santo Padre, muy agradecido por el cariño con el que fue recibido y por las palabras de Julián Carrón, presidente de la Fraternidad Comunión y Liberación, aseguró que la labor de Mons. Luigi Giussani, el fundador, marcó tanto su vida sacerdotal como la personal a través de sus escritos.
“Su pensamiento es profundamente humano y llega hasta el más íntimo anhelo del hombre”, resaltó Francisco.
El Papa insistió en que el camino de la Iglesia es dejar que se manifieste la gran misericordia de Dios y lo comparó con el impulso alegre de la flor del almendro.
