Se celebró el festival taurino aplazado en dos ocasiones precedentes y el resultado artístico y sentimental cubrió con creces las expectativas marcadas. Hubo éxito artístico a través de mucha calidad torera aportada por los seis diestros que conformaban el cartel. El público sensibilizado con el evento, entregado en todo momento. Armonía, cariño y trascendencia ofreció este festejo dedicado a la memoria de un personaje que tuvo como norte su trabajo, su familia y un acrecentado amor por la fiesta de toros. De hecho, tres hijos toreros. Y además a beneficio de la Asociación de Padres de Deficientes Físicos y Mentales de Segovia.
José Ignacio Ramos. Retirado de los ruedos como matador de toros, pero manteniendo su identidad a través de festivales. Magníficos lances a la verónica ilustrada con media y posterior quite por chicuelinas. Pareó con solvencia y espectacularidad. Bueno el toreo al natural con cadencia, ritmo y apostura. Trincheras, molinetes y dos pases desmayados. Gran faena ante un gran novillo. Máximos trofeos.
Julio Pedro Saavedra. Se estiró a la verónica con buenos argumentos ante un novillo con genio. Toreo por bajo y por ambos pitones para someter la incierta embestida del astado. Lo consiguió. Quietud, temple y ligazón fueron las constantes que aportó el madrileño afincado en Aguilafuente. Algunos estimables naturales para retornar al pitón bueno, el derecho. Dos orejas.
Rafael Ayuso. Con la emoción a flor de piel por su connotación de torero, hijo del homenajeado y responsable del festejo, comenzó con verónicas por ambos pitones entre olés. Media belmontina superior. El brindis a su madre a través de la megafonía, un cúmulo de sentimiento y emotividad. “Madre, va por ti. Mientras tus hijos vivan no te va a faltar de nada”.
Pausa, lentitud, sitio y excelentes muletazos que se desgranan en tandas muy bien concebidas. Mucha sensibilidad en el toreo genuino de Rafa Ayuso. Derechazos y naturales conjugando el verbo torear, aplicando técnica y notable voluntad de éxito. Llegó éste y los máximos trofeos a sus manos, aún temblorosas por el momento emotivo.
Javier Herrero. El de Cuéllar está demostrando en esta nueva etapa de su trayecoria torera, una predisposición de muy alta consideración. Estuvo inmenso en Valsaín y en este festival de Ortigosa acreditó ese bagaje con un toreo fluído y de mucha calidad. Lances marcando los tiempos con media verónica superior. Flojea el astado y Javi le aplica un toreo de mimo y templanza llevándole toreado a media altura. Logra cuajar muletazos muy estimables. Lo más relevante, dos naturales a final de faena, ésta notable. Dos orejas.
Miguel Ángel Fernández. Pasó el trance, el compromiso y el momento de la incontrolable emoción con mucha dignidad y con fases de buen toreo. Con el valor que aporta la razón de ser y estar en este festejo, echó rodillas en tierra para saludar a su antagonista con una larga cambiada. Después tres lances abierto el compás. Compartió el segundo tercio con Ramos, Adalid y su hermano Rafa. Grandes ovaciones. Pases por alto y tal cual muletazo fue ampliando el repertorio pasando por unos cuajados naturales de mucha estima y consideración. Los máximos trofeos por su valor, entrega y dedicación.
José Antonio Fernández. Recuerdo que en esta misma plaza yo escribí no muy elogiosamente de este chaval cuando quería ser torero. Lo fue, aunque la fortuna y quizás sus condiciones no le marcaban aquel camino. Ahora escribo y comento de manera elogiosa, y lo hago desde el sentimiento que me inspira su férrea voluntad de TORERO y de hijo de quién fue todo un personaje de alto nivel humano. José Antonio se las vio con un novillo que comenzó incierto y que terminó colaborando. Algunos capotazos y antes de comenzar con la flámula, el sentido brindis de los tres hermanos mirando al cielo. Toreo en redondo luciendo a veces y complicado en otras. Derrochó valor y poco a poco fue asentando su quehacer, hasta lograr sacar un toreo de clase y ponderado criterio. Se motivó mucho José Antonio que mereció el beneplácito del cónclave con fuertes ovaciones y olés. Excelente. Dos orejas y rabo.
Colofón. La gente salió contenta de la plaza, mostrando satisfacción y sentimiento por la motivación del festejo en su parcela de ofrecimiento a un personaje natural de esta villa y padre de toreros y aficionado de pro. Una gran persona que se hizo querer y sobre todo recordar. Los beneficios económicos a una asociación que merece nuestra plena y absoluta atención. Felicidades a todos.