El Real Madrid ha cerrado el curso sin títulos, en el primer año tras el regreso de Florentino Pérez a la Presidencia. El empresario trajo junto a él un proyecto faraónico que devolvió la ilusión a la hinchada, pero que al final se ha quedado en blanco. El equipo terminó eliminado de la Copa del Rey por el Alcorcón, y el Olympique de Lyon le sacó de la Champions. Por último, no ha podido con el Barcelona en la Liga.
Las bases parecían sólidas. El máximo mandatario ni siquiera tuvo competencia electoral, y tiró de cartera para fichar a lo grande. Contrató en un solo mes lo que normalmente habría hecho en tres temporadas, en busca de una rápida reconstrucción.
Reclutó al mejor jugador de la Liga inglesa, Cristiano Ronaldo, de la italiana, Kaká, y de la francesa, Karim Benzema. Además, introdujo el compromiso español con la llegada de Raúl Albiol, Álvaro Arbeloa y Xabi Alonso. Para el banquillo, depositó su confianza en Manuel Pellegrini, que había conseguido que el Villarreal brillara por su juego vistoso.
Los traspasos de Arjen Robben y Wesley Sneijder, no deseados por el chileno, provocaron las primeras tensiones entre la directiva y él. No obstante, los seguidores sostenían que había calidad suficiente en la plantilla.
Un golpe casi mortal para el técnico sudamericano llegó en el ‘torneo del KO’. El Madrid hizo uno de los mayores ridículos de su historia y sucumbió por 4-0 en el estadio de un conjunto de Segunda División B. En la vuelta, la escuadra de la capital de España no logró remontar.
Desde entonces, Pellegrini ha permanecido más o menos cuestionado, aunque sí ha podido acabar la campaña.
Afrontó sin dudarlo una labor difícil, la de modificar el rol del capitán Raúl. Le convirtió en suplente apelando al buen rendimiento de Cristiano Ronaldo e Higuaín, los líderes del bloque.
El bajo nivel ofrecido por dos de los fichajes estrella ha sido clave en el fracaso ‘merengue’.
A Karim Benzema le está costando muchísimo adaptarse a su nuevo combinado, y de hecho, no tardó en perder la titularidad.
En cuanto a Kaká, ha decepcionado rotundamente. Condicionado por una pubalgia casi permanente, no ha destacado, y para colmo, se ha visto afectado por las críticas de quienes defienden que se ha reservado para el Mundial.
Cuando el equipo de Concha Espina había tomado un rumbo eficaz, apareció otra vez la ‘maldición’ de la Liga de Campeones, que dejó a la plantilla hundida.
Por sexto ejercicio consecutivo, el bloque no superó la barrera de los octavos. El tropiezo frente al Olympique de Lyon, después de un 1-0 en Gerland y un 1-1 en el coliseo blanco, dolió muchísimo en la institución, pues la final del torneo se disputa en el Santiago Bernabéu.
A partir de ahí, un elevado porcentaje de los analistas coincidieron en que Manuel Pellegrini no tenía ninguna opción de seguir en el banquillo pasado el verano.
El vestuario se conjuró para ganar la Liga, pero tampoco ha sido posible. Así, se prepara una nueva revolución en el Madrid.
