Las iglesias han estado consideradas, desde el mismo momento de su construcción, lugares sagrados, esto es, dignos de veneración y respeto. Hace siglos, nadie hubiera osado violentar una iglesia. Pero la situación parece haber cambiado. La reciente ola de robos en iglesias que está azotando la provincia de Segovia da pie a pensar que esa consideración, la de lugares sagrados, ya no está vigente, al menos entre los ladrones.
Si la pasada semana EL ADELANTADO daba a conocer que tres templos segovianos, los de Fuentipiñel, Fuente el Olmo de Fuentidueña y Laguna de Contreras habían sido asaltados, la lista se engrosa ahora con otros dos iglesias robadas, las de Aldeasoña y Membibre de la Hoz, si bien en estos dos casos la fechoría tuvo lugar hace ya cerca de un mes.
“Es indignante”, señala el alcalde de Aldeasoña, Miguel Ángel Regidor. “Solo faltaba ya que empezaran a entrar a robar en las iglesias”, añade. Pues así fue. Una noche del mes de mayo, los delincuentes se presentaron en el pueblo. Rompieron el bombín de la puerta lateral del templo y, ya dentro, buscaron dónde había dinero. Se llevaron “alrededor de 800 euros”, cantidad estimada del efectivo que había en la sacristía y el lampadario. Y se marcharon por donde habían venido, sin intentar entrar en ninguna casa del pueblo.
Cuando los vecinos descubrieron el suceso, lo primero que hicieron fue hacer un recuento de las joyas de la iglesia, por si faltaba alguna. Pero no. Las piezas de valor estaban todas intactas, por fortuna. Así que los vecinos presentaron una denuncia ante la Guardia Civil, y ahora esperan que los autores del delito sean detenidos, no ya por la cantidad robada, sino por el hecho en sí de entrar con malas intenciones a la que consideran “la casa de Dios y de todos los vecinos de Aldeasoña”.
En Membibre de la Hoz la historia es casi idéntica. Posiblemente tuvo lugar la misma noche que el Aldeasoña. Aprovechando que la iglesia está algo alejada de las casas, descerrajaron la puerta. Abrieron de un martillazo un cepillo y rompieron también un lampadario eléctrico. “Se debieron de llevar entre 150 y 200 euros, no más”, dice el alcalde, Florentino Sanz. Varios días después, la Guardia Civil, tras percatarse de que la iglesia estaba abierta (en Membibre de la Hoz no se celebra misa a diario), descubrió el hurto. Y ahí llegó el disgusto de los vecinos, que quedó luego atenuado al comprobar que no faltaban objetos religiosos. “No hubo profanaciones, iban únicamente a por el dinero que encontraran, pero nos han dado un susto”, agrega el regidor.
En vista de proliferación de este tipo de robos, la Guardia Civil está aconsejando a los párrocos de la provincia que eviten, en la medida de lo posible, guardar dinero en las iglesias.
