El conflicto en los aeropuertos continúa. Iberia trasladó el pasado viernes a los sindicatos que iniciará el procedimiento de inaplicación de convenios, que permitirá fijar una rebaja salarial del 11% para todos los trabajadores a partir del próximo 15 de marzo, coincidiendo con la finalización del período de consultas del ERE, que implica el despido de 3.807 empleados, el 19% de la plantilla.
La aerolínea citó a los representantes del personal de tierra, tripulantes de cabina (TCP) y pilotos para iniciar el diálogo en torno a la modificación de ciertas cláusulas de los respectivos tratados, un proceso que conlleva un tiempo de debate de 15 días.
La reunión entre la empresa y los sindicatos fue horas antes de la reanudación de la huelga contra el ERE. Entre el lunes y el viernes se han cancelado casi 1.300 vuelos del grupo. Por otra parte, la Delegación de Gobierno de Madrid autorizó a los trabajadores a manifestarse en la T4 de Barajas tras varios días de indefinición. Las autoridades habían rechazado la concentración tras los altercados de la semana pasada en el primer día de paros.
Trabas
El panorama se presenta negro pues el proceso no pudo empezar peor. Según denunció el secretario de Organización de Astema, Miguel Ángel Jiménez, la compañía tuvo «la desfachatez y el dolo» de entregar los documentos en un dispositivo electrónico y no en papel, lo que «imposibilitó evaluar» la propuesta, por lo que decidieron denunciar el proceso ante la Dirección General de Empleo.
Así, calificó de «fraudulento» el ERE, ya que medidas que en un principio se incluían en un Plan de Acompañamiento Social en el expediente presentado hace dos semanas, ahora se establecen dentro de un proceso de inaplicación de los tres convenios. El plan de ajuste de Iberia contempla, además del ERE, una reducción del 15% de capacidad que supone la supresión de 25 aviones (5 en largo radio y 20 en corto y medio) e incluye un Plan de Acompañamiento Social con actuaciones como reducciones salariales, congelaciones, incrementos de productividad y medidas de flexibilidad.
Según explicó, la compañía les ha planteado una reducción del 11% del salario para toda la plantilla, la eliminación de dietas y transporte, así como medidas adicionales como ocho días menos de vacaciones y quitarles siete de libranzas. Unos ajustes que suponen para el colectivo de tierra una rebaja salarial que supera el 20%.
«Esto supone tirar por el suelo las comisiones de los trabajadores de mantenimiento y handling. La compañía está entrando en un callejón sin salida de huelga y conflicto por no querer acordar con los trabajadores, que están dispuestos a hacer diversos sacrificios salariales a cambio de un plan de futuro», lamentó.
