Podemos decir que, de alguna manera, el futuro está entre nosotros desde poco antes de concluir el siglo XX, gracias a la aparición y expansión de internet, a la revolución de las telecomunicaciones. Junto a ello y en tiempos más recientes, la llegada de la inteligencia artificial, cada vez más presente de múltiples maneras en nuestra vida cotidiana.
Aunque hace décadas se habla de ella, la IA se instaló en nuestras vidas de forma generalizada en los últimos 10 años, y en los últimos 5 ha comenzado a verse como una amenaza creíble, afectando empleos relacionados con la traducción, el diseño, la creación de contenidos y la recopilación de información.
Visiones optimistas y pesimistas sobre la IA y el futuro que nos espera
Para figuras como Bill Gates y Elon Musk, las extraordinarias potencialidades de la inteligencia artificial van a permitir que los seres humanos puedan dejar de trabajar.
El hipermillonario de origen sudafricano cree que la tecnología se encargará prácticamente de todo, que los humanos se mantendrán con una renta básica universal y que solo trabajará quien así lo desee, y en áreas donde esta tecnología disruptiva no tenga competencia, todavía.
Otras figuras, como el CEO de NVIDIA, Jensen Huang, y Bill Gates, que no necesita presentación, creen que el trabajo humano persistirá, pero es posible que las jornadas se reduzcan a 3 o 4 días a la semana.
Pero otros especialistas, como Geoffrey Hinton, considerado uno de los padres de la IA y premio Nobel de física, junto con John Hopsfield, en 2024, no son tan optimistas, y opinan que su expansión conduce directamente a un mundo distópico, con grandes masas desempleadas y numerosos conflictos sociales.
En un debate en el que también participó Bernie Sanders, en la Universidad de Georgetown, el físico británico canadiense planteó un escenario en el que esta tecnología disruptiva se encargará de casi todos los trabajos que hoy se hacen en oficinas, y donde habrá un desempleo masivo con un impacto negativo monumental.
Un mundo distópico gracias a la IA
Para Hinton, esta revolución tecnológica es diferente a las otras porque: “Las personas que pierdan sus empleos no tendrán otros trabajos a dónde acudir. Si la IA llega a ser tan inteligente como las personas, o más, cualquier trabajo que puedan hacer lo podrá hacerlo ella”.
En este debate, tanto Sanders como Hinton criticaron las fuertes inversiones que están haciendo las grandes empresas en la creación de enormes centros de datos para la IA:
“Si os preguntáis de dónde van a sacar estos tipos los billones de dólares que están invirtiendo en centros de datos y chips… una de las principales fuentes de dinero será vender IA que hará el trabajo de los empleados por mucho menos dinero”, afirmó Hinton.
Pero aquí se presenta uno de los efectos colaterales que tal vez no han considerado estas grandes empresas, y es que habrá cada vez más desempleados y menos personas con dinero en los bolsillos.
“Si los trabajadores no cobran, no habrá nadie que compre sus productos… no han pensado realmente en la enorme disrupción social que tendremos si hay un desempleo muy alto”.
Aunque Hinton cree que todavía la IA tiene muchos problemas, estos están siendo resueltos rápidamente, y considera “bastante probable que en algún momento en los próximos 20 años las inteligencias artificiales se vuelvan más inteligentes que nosotros”.
Un escenario entre ambos polos
Quizás el futuro no sea tan maravilloso como lo pinta sospechosamente Elon Musk, ni tan oscuro como parece creer Geoffrey Hinton. Según un informe de World Economic Forum, es posible que de aquí a 2030 desaparezcan 92 millones de empleos, en gran medida por culpa de la automatización y de la IA; pero también hay predicciones que apuntan a la creación de 170 millones de empleos nuevos, también relacionados con ella.
