El nuevo Gobierno conservador de Hungría advirtió ayer que el déficit público del país podría ser mucho más elevado de lo pensado hasta ahora, lo que causó gran nerviosismo en los mercados ante el temor a un nueva crisis de deuda como la de Grecia.
Péter Szíjjártó, portavoz del Ejecutivo magiar, señaló que «la economía (del país) está en una situación muy grave», y acusó al anterior Gabinete de haber manipulado los datos económicos, tal y como sucedió en el caso heleno.
El portavoz aludió así a una advertencia del vicejefe del gobernante partido Fidesz, Lajos Kósa, quien sostuvo el jueves que Hungría sufre una crisis «comparable a la de Grecia». El Banco Nacional del país centroeuropeo pronostica para este año un déficit del 4,5% del Producto Interior Bruto (PIB), mientras que el Fidesz habla ahora de hasta un 7,5%.
Estas declaraciones del partido gobernante causaron gran nerviosismo en los mercados financieros, con fuertes pérdidas en las bolsas europeas, también en Budapest. Allí, el índice general bajó un 3,3%, mientras que la moneda húngara, el forinto, se depreció un 2% con respecto al euro, con lo que llegó a su nivel más bajo en un año.
El nerviosismo en los parqués se desató a pesar de no conocerse todavía los resultados de un informe que está preparando una comisión gubernamental sobre la verdadera situación económica de Hungría. El primer ministro, Viktor Orbán, anunció ayer «pasos concretos» en cuestión de 72 horas después recibir el análisis de la mencionada comisión.
En declaraciones a una emisora local, el líder conservador agregó que habrá «cambios estructurales» y reiteró que se aplicarán reducciones de impuestos para impulsar el consumo y la economía.
Hungría, uno de los países más afectados por la crisis económica, recibió en octubre de 2008 un préstamo de 20.000 millones de euros del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Unión Europea (UE) y del Banco Mundial (BM), para salvarse de la bancarrota.
Los opositores socialistas calificaron ayer las advertencias del Fidesz como «exageración» y destacaron que «hablar sobre el peligro de una bancarrota equivale a un suicidio». Por su parte, los socialdemócratas instaron a Kósa a «tranquilizar a los mercados» en una rueda de prensa internacional y reconocer que sus declaraciones tan solo tuvieron motivos de política interna.
También el opositor partido extremista Jobbik calificó las palabras del vicejefe de Fidesz como «irresponsables» y le acusó de haber «aportado personalmente lo suyo para ahondar la crisis».
Péter Krekó, director de investigaciones del instituto Political Capital, subrayó desde Budapest que las palabras de Kósa «eran para uso interno», efectuadas sin considerar las consecuencias que podrían tener en el extranjero.
El analista señaló además que este discurso podría formar parte de «las técnicas de negociaciones» del Fidesz con el FMI, del que espera que «ablande» sus exigencias de austeridad, lo que le daría más margen de maniobra al Gobierno.
Éva Várhegyi, analista del Instituto de Investigaciones Financieras de Budapest, aseguró por su parte que las declaraciones alarmistas del Fidesz «no tienen ningún fundamento».
De hecho, destacó que las tendencias de los últimos meses muestran una «consolidación de la economía» magiar, gracias a las medidas tomadas por el anterior primer ministro, el economista independiente Gordon Bajnai.
Desde que Hungría recibiera el préstamo internacional, el país tuvo que introducir severas medidas de austeridad, como el recorte de sueldos de funcionarios y pensionistas, lo que ahora complica al gabinete poder cumplir con sus promesas electorales, como una reducción «radical» de impuestos.
Tras su abrumadora victoria electoral en abril, Orbán había adelantado que su Gobierno iba a renegociar con el FMI las condiciones del préstamo internacional. Para los próximos días, se espera la llegada a Budapest de una delegación del Fondo Monetario Internacional, que se reunirá por primera vez con los nuevos responsables del Gabinete húngaro.
La economía del país representa un 0,8% del PIB de la UE y ocupa el puesto 12 entre los 27 Estados miembros, aunque estos datos podrían variar tras el aviso del Ejecutivo. Hungría cerró 2009 con un déficit del 4%, muy lejos de las cifras superiores a los dos dígitos que presentan Grecia, España, Irlanda o el Reino Unido, pero ahora esta cifra está en cuarentena.
Exposición de los bancos
En cuanto a la exposición de los bancos españoles a deuda procedente de Hungría, asciende a 1.137 millones de euros, según los datos del Banco Internacional de Pagos (BIS) correspondientes al cierre de 2009, lo que representa apenas un 0,9% del total. En conjunto, la exposición de entidades a nivel mundial sumaba 125.051 millones, de los que el 45,4% corresponden a las principales economías centroeuropeas, ya que los bancos austríacos son acreedores de 31.117 millones de euros, mientras que los alemanas cuenten con 25.718.
Por su parte, las entidades italianas mantenían una exposición de 21.067 millones, mientras la de sus homólogos belgas sumaba 14.336 millones y la de los bancos franceses, 9.873.
