El primer banco de Europa, el británico HSBC, anunció hace unos días el recorte de 30.000 empleos en todo el mundo pese a haber registrado un aumento del 36,3% de sus beneficios semestrales, muy por encima de lo esperado por el mercado.
En un comunicado a la Bolsa de Londres, la entidad financiera informó de que sus números verdes se incrementaron en el primer semestre del año hasta 6.470 millones de euros, frente a los 4.748 millones obtenidos en el mismo período del año anterior.
Pese a estos resultados, que revalorizaron días pasados cerca del 5% las acciones del banco, el consejero delegado, Stuart Gulliver, señaló que, para reducir costes y aumentar la competitividad, se eliminarán 30.000 puestos de trabajo en todo el mundo de aquí a 2013, de los cuales 5.000 ya habían sido anunciados.
Además, se cerrarán operaciones en unos 20 países, incluidos los negocios de banca minorista en Rusia y Polonia, como parte de unos planes para ahorrar entre 1.755 millones de euros y 2.457 millones para 2013.
El masivo recorte de empleos anunciado por HSBC se suma a los ya adelantados por entidades de otros países, como los suizos UBS y Credit Suisse o el estadounidense Goldman Sachs.
Entre las financieras del Reino Unido, los parcialmente nacionalizados Lloyds Banking Group y Royal Bank of Scotland (RBS) ya han suprimido 15.000 y 28.000 empleos, respectivamente, aunque no se descarta que ejecuten más despidos con el fin de sanear sus cuentas.
Barclays, el que menos sufrió la crisis crediticia, también ha prescindido de alrededor de 600 personas en su división de inversión, Barclays Capital, y a otras 2.000 en banca minorista.
En cuanto al HSBC, que emplea a 335.000 personas en todo el planeta, su dirección señaló que los ceses responden a un entorno de negocio mucho más difícil, especialmente para la banca centrada en el complejo mundo de las inversiones.
Las firmas financieras, en particular sus negocios privados, se han visto gravemente afectados por la incertidumbre sobre la nueva regulación internacional, el aumento de la deuda tóxica y la crisis en la zona euro.
Además, en el Reino Unido sus beneficios se han visto mermados por la necesidad de aportar un fondo de capital para hacer frente a las demandas de sus clientes por venta indebida de seguros de impago tras un cambio en la regulación.
Con anterioridad, el HSBC dio a conocer hace pocos días la venta de 195 sucursales en EEUU, ubicadas en el Estado de Nueva York, a First Niagara Bank, por un valor de 701 millones de euros.
Los buenos resultados semestrales de la firma se debieron a su favorable rendimiento en los mercados de Asia y América Latina, frente a un descenso de la actividad en Europa y EEUU.
El primer banco de Europa obtuvo de enero a junio unas ganancias brutas de 8.042 millones de euros, un 3,33% más que en el mismo período de 2010, de las cuales 2.159 millones procedieron de Hong Kong y 2.622 de Asia-Pacífico, frente a 1.512 millones de Europa y 425 de Norteamérica.
«Estoy muy satisfecho con los todos resultados que hemos logrado obtener, y que marcan el primer paso en la dirección correcta de lo que será un largo camino», declaró orgulloso el consejero delegado.
