La historia de la Iglesia señala a San Vicente como el primer mártir cristiano de la provincia romana de Hispania allá por el siglo III d.C., donde la persecución de los emperadores Diocleciano y Maxiniano actuó de forma cruenta contra aquellos que predicaban la fe del Evangelio. Siglos más tarde, la Iglesia reconoció el testimonio del santo elevándole a los altares, siendo muchas las parroquias consagradas a su devoción, entre las que se encuentra la del barrio incorporado de Hontoria, que ayer celebró la festividad de su patrón con una misa solemne y una posterior procesión.
La fiesta de San Vicente comenzó en la noche del viernes en el Centro Cívico Municipal con el pregón del folclorista Feliciano Ituero, en un acto al que asistieron centenares de vecinos del pueblo que disfrutaron del talento y la simpatía del músico segoviano.
A mediodía de ayer, y pese a que la mañana amaneció soleada, el intenso frío -con temperaturas que apenas superaban los dos grados a esa hora- no evitó la nutrida participación de los vecinos de Hontoria en la misa solemne celebrada ayer en la iglesia parroquial, oficiada por el sacerdote Raúl Anaya; que en su homilía destacó las virtudes del santo y animó a los fieles a vivir «el compromiso de la fe» con intensidad.
Pasada la una de la tarde, la imagen de San Vicente Mártir salió del templo a los sones del Himno Nacional portada en andas por los vecinos para iniciar la procesión por las calles del barrio, en la que participó el alcalde de Segovia, Pedro Arahuetes, junto a los concejales de Servicios Sociales, Andrés Torquemada; Tráfico, Ana Sanjosé y Participación Ciudadana, Blanca Valverde. El breve recorrido procesional estuvo acompañado por la música de la dulzaina y el tamboril, y concluyó de nuevo en la iglesia, donde el presbítero impartió la bendición solemne de la fiesta del día.
