Pocas felicitaciones resultan tan conmovedoras como las de los propios compañeros. Ese sentimiento fue compartido ayer por los abogados que fueron distinguidos en la fiesta pascual que el Colegio de Segovia celebró en la iglesia de San Justo con la presencia de numerosas autoridades.
En la ceremonia fueron condecorados con la Cruz de Oro por sus 40 años de colegiación Ricardo de Cáceres y Cassillas, y José María Sacristán Lozoya. La insignia de plata fue recibida por los letrados con 25 años de colegiación: Ricardo Catalina Miranda, Ángel Marcelino Álvarez Iglesias, María Jesús Alonso Carreras, Elena Sánchez Gómez, Hilario Marcos López Velasco, Ángeles Alonso Benito, Alicia Garzón Merino, Luis Cuesta Albertos y Félix Escudero Pascual. Además recibió un diploma como abogado no ejerciente Francisco Javier Jiménez Arribas, funcionario de la Junta.
Todos ellos se reunieron en una misa en la iglesia de San Justo y en una cena posterior a la ceremonia de condecoraciones.
En ésta, el decano de los abogados, Julio Sanz Orejudo tuvo emotivas palabras para sus compañeros. Y destapó algunas de las claves de la actividad profesional sobre la que dijo que es “complicada” porque trabajan “con un material muy sensible como son los derechos y libertades de las personas en un mundo cada vez más en crisis”.
En nombre de la Junta de Gobierno, el decano de los abogados instó a los más jóvenes a hacer que su profesión permita convertirla en algo “para la que apenas sea necesario saber derecho”. En esta línea instó a que sea el sentido común una de las claves en su actividad diaria, “con libertad, independencia y lealtad” al mundo de la Justicia.
Sanz Orejudo repasó las cualidades de cada uno de los homenajeados, y resaltó la trayectoria personal de varios, como la de José María Sacristán, reconocido jurista y político de la zona de Sepúlveda; o la de Ricardo Cáceres, de familia de rancio abolengo en el mundo de la abogacía. De éstos y otros profesionales subrayó públicamente su caballerosidad, y abogó porque “ningún cliente merece que un abogado se enemiste con otro”.
