El presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, se muestra confiado en que la próxima convocatoria electoral prevista para dentro de un año no sea un obstáculo para que se alcancen con las formaciones políticas, sociales y económicas verdaderos acuerdos de Comunidad en diferentes materias, entre las que citó el Pacto de Población. En respuesta a unas preguntas formuladas con motivo del 23 de abril, fiesta de Castilla y León, Herrera tiene un recuerdo para el drama del paro.
En un momento de crisis es obligado empezar con una reflexión dirigida a esos casi 200.000 parados que hoy tienen pocas cosas que celebrar.
El paro es, en efecto, la gran preocupación desde que se inició la crisis económica. Aunque en Castilla y León mantenemos tasas inferiores a la media de España, es un drama personal y social de una enorme magnitud. No podremos considerar iniciada la recuperación hasta que se invierta el signo del crecimiento del desempleo y esta tendencia esté consolidada. Siempre hemos dicho que la mejor política social es el empleo y, por eso, el paro es la prueba de fuego de la política económica y de la social. Quienes están en esta situación deben saber que resolver este problema es nuestra principal prioridad, que la inmensa mayoría de las cosas que hacemos tienen como objetivo crear oportunidades, propiciar inversiones, apoyar iniciativas empresariales…
Hace un año apeló a la unidad para salir de la crisis. ¿Está satisfecho con el eco de su llamada?
Solo en parte. En el ámbito estatal ha habido ocasiones perdidas. La Conferencia de Presidentes de finales de 2009 es, quizás, el ejemplo más claro. En Castilla y León, el Diálogo Social ha seguido funcionando, demostrando que es una auténtica seña de identidad de nuestra Comunidad, también en tiempos de crisis. Asimismo, ha habido avances en el diálogo político dentro de la Comunidad, aunque aún quedan proyectos importantes en que debe concretarse. La relativa cercanía de las próximas elecciones no debería ser un obstáculo para alcanzar acuerdos en asuntos en los que debería dejarse a un lado una actuación partidista. Confío en que así será.
Ha sido imposible un acuerdo entre las comunidades y el gobierno central para diseñar una estrategia anticrisis, ¿ha habido falta de generosidad o de sentido institucional? ¿Considera que faltan instrumentos de colaboración con el Gobierno para facilitar la acción conjunta?
Un acuerdo territorial y de coordinación sigue siendo esencial. La última Conferencia de Presidentes frustró muchas expectativas porque el Gobierno la planteó tarde y mal. No hubo documentación preparatoria, ni contactos previos sobre el documento que intempestivamente nos presentaron. No tenía, además, ni una sola previsión diferente de lo ya anunciado por Zapatero al presentar la Ley de Economía Sostenible, que obtuvo el rechazo unánime de toda la oposición. Pretender el refrendo de las Comunidades a eso, era un imposible político. Mientras tanto, en las conferencias sectoriales y otras mesas de trabajo el espíritu de colaboración brilla por su ausencia. La Junta ha propuesto otorgar a dichos órganos el funcionamiento debido, con reuniones preparadas en las que puedan aportar su parecer, sin que sean un mero ‘trágala’ del Gobierno.
En Ávila, advirtió de que los responsables sociales están obligados a ejercer su liderazgo «con responsabilidad, altura de miras y total lealtad». ¿Ha echado en falta algo de eso en algún momento?
Siempre hay casos puntuales en que puede haber disparidad de opiniones o una distinta manera de encarar los asuntos, pero, en su inmensa mayoría, hay un compromiso claro por parte de los responsables sociales de Castilla y León con el interés general de la Comunidad. Muchas personas, desde los más diversos ámbitos, trabajan día a día por ese interés general, para asentarlo y llevarlo adelante.
