«Los vecinos ayudando, miles de personas donando sangre, bomberos que dejaron su huelga, sanitarios en paro acudiendo a los hospitales, policías de vacaciones echando una mano… Todos ayudaron en Santiago. ¡Esa es la auténtica marca España!». Mensajes como éste inundaron ayer las redes sociales para reivindicar la solidaridad no solo del pueblo gallego, sino de toda España, que, una vez más, volvió a unirse por una tragedia.
Los héroes anónimos fueron el pasado miércoles y durante el día de ayer la única cara positiva del desgraciado accidente de tren. Algunos eran vecinos de la zona, como Abel Rivas, de 29 años, que llegó al lugar de los hechos pocos minutos después del siniestro. El joven se tiró a a las vías para tratar de auxiliar a los viajeros. «Cuando llegué no había mucha gente e intentamos sacar a los pasajeros del vagón que estaba en la plaza. Luego, bajé y allí estaba lo peor: llantos, auxilios, el caos…». Grabado en el recuerdo se le quedó cuando sacó de uno de los vagones a una niña de «unos cinco años» que «me preguntaba por sus padres».
Otros no se acercaron a los trenes, pero recorrieron decenas de veces el camino a sus casas en busca de agua y mantas para los heridos. Además, se quedaron junto a ellos, mientras aparecían los servicios de emergencias que, según los testigos, apenas tardaron cinco minutos en llegar.
Ellos también serán recordados como héroes en la tragedia, porque con su presencia evitaron más muertes. Algunos disfrutaban de sus vacaciones, pero no dudaron en acudir cuando tuvieron constancia de lo ocurrido. Otros, llevan varios meses en paro por los ajustes en Sanidad, pero también se dirigieron a sus antiguos trabajos para tratar de ayudar.
Y al llegar a los hospitales se encontraron con colas de gente que esperaban para donar su sangre. Fueron tantos los ciudadanos que respondieron al llamamiento que desbordaron a las autoridades médicas que aseguraron que las necesidades inmediatas ya estaban cubiertas, aunque animaron a la gente a volver en unos días, porque seguirá haciendo falta.
Viendo la movilización ciudadana, muchos recordaron el Prestige, cuando cientos de personas acudieron a la costa gallega para tratar de salvar a la naturaleza del petróleo. Otra vez los españoles de a pie volvieron a dar la cara mostrando, como aseguraban las redes sociales, el valor real de la Marca España.
