Uno de los sectores clave en la lucha contra la pandemia del Coronavirus está siendo el de la limpieza. Muchas son las personas dedicadas a esta tarea, cuya importancia se ha puesto de relieve ahora. Menos numerosas y no menos importantes son las empresas que se dedican a ello de lleno.
Es el caso de Residuos Luci, con sede en Juarros de Voltoya, desde donde se desplazan a diario a toda la provincia de Segovia y otras próximas como Ávila o Madrid, para la recogida de residuos.
Sin embargo estos días se han visto obligados a modificar parte de su actividad cotidiana. “Hemos tenido que multiplicar las labores de limpieza y desinfección de contenedores”, explica Adrián Merinero.
Tal como señala, la crisis del Coronavirus les ha supuesto más trabajo. Si hasta ahora el grueso de su labor era la recogida de residuos urbanos, ahora, debido al miedo los contagios ha llevado a muchos ayuntamientos o mancomunidades a pedir que limpien los contenedores de basura con más frecuencia “Teníamos unos contratos, pero nos han pedido cambiarlos para que aumentemos la labor de limpieza”, añade.
También han sido requeridos por el Consorcio Provincial de Medio Ambiente, y también por residencias de ancianos, y por ayuntamientos donde hasta ahora no habían trabajado.
Además de vaciar los contenedores de basuras, los limpian con desengrasante y los desinfectan para acabar con todo tipo de bacterias y virus que pudieran existir.
La empresa ya se dotó hace tiempo de un camión específico para la limpieza automática, que suministra agua caliente y un equipo de presión para dejar impolutos los contenedores.
Con 18 empleados, Residuos Luci, no ha tenido que incrementar plantilla debido a que otro tipo de actividad que hacía, que era la recogida de vidrio y cristal, o de cartón. “Pero el cierre de la hostelería y de muchos comercios ha hecho que apenas haya este tipo de material, por lo que nos hemos tenido que reciclar nosotros ahora”.
Lo que también han debido hacer es extremar las medidas de precaución de los trabajadores con mascarillas, guantes, buzos y materiales desinfectantes. “De momento hemos tenido suerte”, añade Adrián Merinero. “Pero no podemos bajar la guardia”, concluye.
