Ya confesé que Gabriel García Márquez es uno de mis escritores preferidos, y, si me obligaran, diría que el primero. Y el libro del que hoy quiero hablar, “La hojarasca”, es algo especial. Por varias razones, porque es la primera novela de Gabo, porque en él se habla del coronel Aureliano Buendía que luego será muy importante en otras obras. También porque en ella “se crea” Macondo, ese lugar imaginario, mítico, que será el lugar donde se desarrollen otras novelas de Gabo, sobre todo, “Cien años de soledad”. Y porque en esta novela se pueden ver los rasgos de lo que se llama realismo mágico. Es un estilo que conlleva el jugar con el tiempo, manipularle, contar historias desde muchas perspectivas, es ir atrás, más atrás, volver. Es exageración, es ver la vida al límite y más allá, es contemplar sucesos mágicos, increíbles como si fueran normales. Y para mi es calma, todo va despacio, todo tarda muchos años en realizarse. Todo esto y mucho más es el realismo mágico de García Márquez.
He elegido para empezar (porque si Dios quiere, habrá más novelas de Gabo), “La hojarasca” porque es una novela corta, es densa pero menos que otras y es fácil de leer y por eso la idónea para que los que no hayan leído nada de García Márquez por pereza debido a su fama de complicado, puedan iniciarse y ver que, dentro de su complejidad y densidad, se puede leer y comprender. Leyendo despacio e intentando desentrañar sus historias y así poder disfrutar del más importante de los escritores modernos. “La hojarasca” es una novela con tres protagonistas: el coronel, su hija y su nieto. La novela se desarrolla a lo largo de una tarde alrededor de un féretro con el cadáver de un doctor que llegó al pueblo hace años, que se ganó la enemistad de todos los vecinos que no quieren que sea enterrado allí. El coronel le prometió hacerlo y eso le hace intentarlo contra todos y en ese poco espacio de tiempo los personajes van contando su historia, como si cada uno diera su visión de las cosas, como tres monólogos que se van sucediendo. El título, la hojarasca, sería un montón de hojas secas, movidas por el aire que se meten por todos los lados, pero es una metáfora de las invasiones de extranjeros que llegaron a Macondo con la industria bananera y que enriquecieron el pueblo, para luego desaparecer.
El doctor llega y la mujer del coronel le pregunta qué quiere comer, hierba contesta, hierba normal como la que comen los burros. La novela empieza “desde dentro”, al empezar ya sabemos que hay un muerto y conocemos el problema y la acción va para atrás y nos vamos enterando de la vida de los personajes, y la novela al tiempo va contando el presente. Estos serían unos ejemplos del realismo mágico que les contaba.
Son curiosas las visiones del nieto, un niño, que está viendo un cadáver por primera vez en su vida. Pensaba que todos los muertos llevaban sombrero y se fija en la boca un poco abierta, el color de los dedos y de la cara, etc. Temas importantes de la novela por cómo son tratados son: la muerte, siempre presente en la novela (y en todas las de García Márquez), la soledad, en el fondo de todos los personajes, principalmente del doctor que llega solo, con una carta de recomendación para el coronel y que vivirá unos años encerrado en una habitación, pero también soledad del coronel que por su honor quiere cumplir con la promesa de enterrar al doctor lo que le crea la enemistad del pueblo, y soledad de su hija, abandonada por el marido, en fin, creo que la soledad abarca a todos los protagonistas.
Según vas leyendo te sumerges en la atmósfera de decadencia que se respira en Macondo, rico durante unos años por las compañías bananeras, pero que, al irse, dejaron pobreza, soledad, abandono. Macondo es pobre, añora otros tiempos y eso hace que sus habitantes sean cerrados, desconfiados, vengativos en muchos casos. En general, esta novela como otras de Gabo, provoca una sensación de agobio y de angustia, empatizas con los personajes según va avanzando la historia, según vas conociendo la vida de la hija del coronel, su matrimonio, su infelicidad, el misterio del doctor, la huida con la criada, el motivo de la enemistad del pueblo.
Al principio de la novela se explica la llegada de la “hojarasca”: llega la compañía bananera como una hojarasca, pero en lugar de hojas, formada por los desperdicios humanos y materiales de otros pueblos, rastrojos de una guerra civil remota. Y en poco más de un año va transformando Macondo en algo muy distinto. Me parece muy buena definición de la hojarasca. Y me parece muy bonito el párrafo donde cuenta cómo se convierte una simple calle en una especie de burdel: “hasta los desperdicios del amor triste de las ciudades nos llegaron en la hojarasca y construyeron pequeñas casas de madera e hicieron primero un rincón donde medio catre era el sombrío hogar para una noche y después toda una calle clandestina y después todo un pueblo de tolerancia dentro del pueblo…”
No es la mejor novela de García Márquez, pienso que tiene cinco o seis mejores, pero “La hojarasca” es muy buena y sirve para entender lo que se ha llamado realismo mágico y para descubrir a García Márquez, para entrar en su mundo, en su literatura. Hay que leer esta novela, en un libro de verdad, no digital y disfrutar de Literatura con mayúscula.
Al menos a mí me lo parece.
