Llevaban meses intentándolo, pero siempre tenía una excusa: que si no tengo tiempo, que si estoy desactualizado… hasta el gran Eber Dosil me planteó volver a los banquillos con su equipo del Estudiantes.
Y digo como termina Paul Newman su interpretación de Eddie ‘Relámpago’ Felson en ‘El color del dinero’, quien después de más de veinte años sin desenfundar su taco, retorna a los billares: “He vuelto”. En concreto, cedí a la insistencia a mediados de enero, cuando la competición se reiniciaba tras el parón de Navidad.
Pero no al Estudiantes, sino en donde empecé a jugar y entrenar a baloncesto: en el Claret. Con un equipo de categoría infantil repleto de chicos ilusionados y educados, con un largo recorrido por delante. Y acompañado de Cristina Sánchez en el banquillo, para cerrar el círculo.
Ya no soy, ni mucho menos, el chico de veinte años que, en cierto modo, también guardaba cierto paralelismo con el joven y arrogante Eddie Felson y la interpretación del propio Newman en ‘El buscavidas’, la película previa del personaje en los años 60, aunque en mi caso, con mucha menos ambición.
Me sienta bien recuperar esa sensación de estar en un banquillo, educando y formando a chicos absolutamente moldeables, centrado al máximo en lo que haces. Asumo, por otra parte, las barreras con que nos encontramos, como las escasísimas horas de entrenamiento, el nivel de exigencia de la competición, o la carencia de recursos con que contamos, pero si queremos crecer y hacer esto lo mejor que podamos, habrá que enfrentarse a estas barreras.
De momento, este año, estamos en fase de toma de contacto. El año que viene, con una planificación en condiciones, tocará dar un paso al frente. Implicado en tal berenjenal, ya solo me falta convencer a Jaime Peñas para que me acompañe en la aventura.
