Escuchar un cuento, en la cama, es memoria colectiva de la infancia. La actriz y directora del Taller Municipal de Teatro (TMT), Maite Hernangómez, todavía recuerda cómo su tía le leía siempre un cuento antes de dormir, una operación que ella repite ahora con su nieta. Una buena historia y la delicadeza de la voz despiertan la imaginación del destinatario, que vuela, sueña y crea el cuento en su mente, con independencia de quién sea el narrador. El protagonismo es la historia y no el emisor y es el escuchante quien completa lo que oye con su propia imaginación.
Con esta filosofía, se celebra la Semana del Cuento, organizado por el Taller Municipal de Teatro (TMT) que este año alcanza su edición número veintitrés. Desde el pasado lunes y hasta el sábado día 30, inclusive, los cuentos toman protagonismo en la Iglesia de San Nicolás a través de 20 narradores, alumnos del taller permanente de cuentos del TMT , a los que se unen otros invitados. En estos cinco días (a las 21.00 horas), unos siete narradores por sesión contarán, por espacio de algo más de una hora, diversas historias y cuentos, de todas las tradiciones y culturas, desde relatos clásicos hasta otros contemporáneos.
Hernangómez subraya que en todas las sesiones, el cuento «es el protagonista y no el narrador», aunque quien cuente la historia, admite, le pueda dar su sello o impronta. «Queremos que sea el cuento el que nos haga volar, viajar, el que nos lleve, que el público imagine la historia, que sea ésta la protagonista», afirma la directora teatral. «En otras propuestas, quien habla es un monologuista, es casi un actor, pero aquí es otra cosa, los narradores no interpretan, ceden el protagonismo a la historia, lo que es algo muy interesante», afirma.
A lo largo de los cinco días, la Semana del Cuento ofrecerá unas «35 ó 40 historias», de la más diversa índole. Hay humor, pero también drama y misterio. En cada sesión se mezclan cuentos de terror, eróticos, cómicos, de suspense o de aventuras. «Un cuento africano no tiene nada que ver con uno japonés, son muy diferentes, y las sensaciones que transmiten también lo son», dice Hernangómez, segura de que la propuesta es puro entretenimiento, sin tregua.
Entre los narradores, algunos invitados ‘bastante conocidos’ y que participan desde los comienzos, como José Ignacio Sanz, Claudia de Santos y Juampi. También acuden miembros del colectivo Grupo Halka Cuentos Universales, como Paloma Reyes y Juan Madrid. Tampoco falta el actor y exalumno del taller, David Gregoris, que al término de cada sesión realiza un resumen de todas las historias, mezclando unas con otras, que ha ido elaborando sobre la marcha, lo que provoca, siempre, la carcajada del público. Otros narradores cuentan relatos de los que son autores, caso de Beatriz Rincón o José Ignacio Martín; mientras que otros participantes llevan años contando historias en este foro y gozan ya de un aureola de profesionales, caso de Mercedes Rodríguez.
Cada día, en la Iglesia de San Nicolás se pueden escuchar media docena de historias o cuentos, por otros tantos narradores. “Ayer —por el martes— fueron seis personas, hay que cuentan un solo día y otros que lo hacen en varios, aunque no repiten tanto, se van repartiendo”, afirma Hernangómez, que recalca que para esta edición “hemos llevado a cabo una exquisita selección de historias y cuentos, con ello petendemos que aquellos que vienen a escucharnos se queden con la miel en los labios”.
Quienes quieran disfrutar de la Semana del Cuento aún tienen tres oportunidades para hacerlo. La mejor opción para viajar o volar… con la imaginación.
