Al menos 3.800 inmigrantes fueron rescatados en el Mediterráneo desde el viernes pasado después de que a primera hora de ayer arribaran a la isla italiana de Lampedusa otros 933 indocumentados, según informó la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
En un comunicado, indicó que además de los cerca de mil inmigrantes que fueron procesados en Lampedusa, donde la capacidad del centro de recepción es normalmente de 400, otros 300 se dirigieron hacia el puerto de Pozzallo, en la isla de Sicilia, o ya estaban en un centro de recepción allí.
Asimismo, otros 300 inmigrantes fueron de camino al puerto de Calabria, mientras 460 rescatados más se dirigieron hacia Porto Empedocle, también en Sicilia. La OIM tuvo conocimiento a última hora del lunes de que 265 inmigrantes rescatados estaban de camino hacia Lampedusa.
Según los datos del Ministerio del Interior italianos recogidos por la OIM, en enero llegaron al país 3.528, por lo que las cifras de febrero superarán estos datos lo que pone de manifiesto que “la temporada del tráfico de personas en 2015 está comenzando antes que el año pasado, con consecuencias potencialmente letales”.
La OIM documentó 3.279 inmigrantes muertos en su intento de cruzar el Mediterráneo para llegar a Europa. En su comunicado, resaltó que aunque no se sabe si hubo muertos en la alrededor de una docena de embarcaciones que partieron de Libia hace una semana, días antes habían fallecido unos 330 inmigrantes en un naufrágio en alta mar.
Ante el deterioro de la situación en Libia, la OIM pidió a los gobiernos que actúen rápidamente ante la creciente amenaza para los inmigrantes. “Esta es una señal muy clara de que la situación en Libia se está complicando”, valoró el director general de la OIM, William Lacy Swing. “Debemos estar dispuestos a ayudar a miles de personas extremadamente vulnerables que necesitan nuestra ayuda”, dijo.
Por su parte, el director de la Oficina de Coordinación para el Mediterráneo de la OIM, Federico Soda, previno de que espera que los viajes como los de los últimos días de embarcaciones apenas aptas para navegar continuarán si empeora la violencia en Libia.
“Los inmigrantes se ven obligados a viajar en botes que no están preparados y en pésimas condiciones meteorológicas”, subrayó Soda. “Dadas estas circunstancias, el relativamente pequeño número y el tipo de barcos usados sería incapaz para rescatar a un gran número de personas”.