El fiscal de Marsella y encargado de la investigación sobre el siniestro de Germanwings, Brice Robin, anunció ayer a los medios de comunicación que los equipos que están llevando las labores de rescate en la zona pudieron encontrar la segunda caja negra del avión siniestrado.
El dispositivo de registro del A320 del aparato que chocó el pasado 24 de marzo en los Alpes franceses contiene cientos de parámetros del avión, incluidas las órdenes ejecutadas por los pilotos en cabina, por lo que, si no está dañada la caja, podría aportar datos cruciales para esclarecer lo ocurrido en el accidente.
La primera caja negra fue localizada el mismo día del siniestro y los datos extraídos revelaron que el copiloto, Andreas Lubitz, al parecer se encerró en la cabina y estrelló voluntariamente el avión en las montañas. El vuelo 4U9525 de Germanwings cubría la ruta entre las ciudades de Barcelona y Dusseldorf con 150 personas a bordo, entre pasaje y tripulación.
El fiscal de Marsella, Brice Robin, informó de la recolección de 150 muestras de ADN del lugar del siniestro del avión de Germanwings en los Alpes, un número que coincide con el del total de personas que viajaban en el aparato.
“Ahora es necesario comparar el ADN post mortem con el ADN ante mortem”, explicó Robin en rueda de prensa recogida por algunos medios franceses. “De los 2.854 fragmentos tratados, se recuperaron 2.285 muestras de ADN y se aislaron 150 perfiles de ADN”, explicó el fiscal. Robin matizó que “esto no significa que hayamos identificado a las 150 víctimas”.
En ese sentido, Robin prometió que informarán a los allegados de las víctimas en cuanto se confirme la identificación de cada uno de los pasajeros y tripulantes. “Asumo el compromiso que tras cada identificación se informará inmediatamente a la familia de la víctima”, afirmó.
En cuanto al destino de los restos, Robin indicó que no se entregarán a las familias hasta que se reúna la comisión creada por Interpol, lo que no se producirá hasta que se identifique a todas las víctimas del siniestro.
Asimismo, el historial de búsqueda por Internet registrado en los ordenadores del copiloto del vuelo siniestrado de Germanwings Andreas Lubitz reveló que buscó formas de suicidarse en los días previos al siniestro, así como información sobre el cierre de las puertas de cabina y sus de medidas de seguridad.
