Estados Unidos amaneció ayer atónito al descubrir un pequeño milagro sucedido en Cleveland, en el estado de Ohio, donde la noche del pasado lunes aparecieron con vida tres jóvenes que habían sido presuntamente secuestradas hacía más de una década. Las desaparecidas, que no guardaban ningún nexo previo, se encontraban, además, en una casa muy próxima al lugar en el que habían sido vistas por última vez y permanecían bajo la custodia de tres hermanos de origen hispano.
La Policía fue alertada sobre el paradero de las mujeres por una frenética llamada de emergencia de una de ellas, Amanda Berry, quien acababa de ser liberada de la vivienda por un vecino que había oído gritos y había acudido para ayudarla.
«¡Socorro! ¡Soy Amanda Berry! He sido secuestrada, llevo desaparecida 10 años y estoy aquí, ya estoy libre!», afirmó Berry, de 27 años, en su llamada al 911, según informaron las autoridades. En su llamada, la chica dio detalles sobre su captor y aseguró que se encontraba «fuera de la casa», por lo que pidió a los agentes que actuaran rápidamente. También explicó que era consciente de que su desaparición había tenido mucho impacto mediático.
El vecino que la liberó, Charles Ramsey, declaró que, cuando llegó al lugar, Berry parecía desesperada por intentar salir por la puerta, que no había conseguido abrir del todo. «La vi volviéndose loca por intentar salir», explicó. «Entonces me di cuenta por la llamada al 911 de que era Amanda Berry. Yo creía que esta chica había muerto», añadió. Berry salió de la casa acompañada por «una niña pequeña», agregó. La menor, de seis años, resulta ser la hija que la ahora liberada tuvo con uno de sus raptores durante su cautiverio.
Las dos mujeres que aparecieron con Berry fueron identificadas por las autoridades como Gina DeJesus, de 23 años, desaparecida en 2004 con solo 14 años, y Michelle Knight, que tenía 20 años cuando fue capturada en 2002 y cuyo caso no atrajo la misma atención de los medios locales que el de sus dos compañeras. Las tres residían en la misma zona del oeste de Cleveland en la que, finalmente, han sido localizadas. Además, también se encontró a otro menor en la vivienda que podría ser el hijo de otra de las retenidas.
Los sospechosos, tres hermanos de 50, 52 y 54 años, fueron detenidos gracias a las informaciones aportadas por las rehenes. Uno de ellos ya había sido identificado previamente como Ariel Castro, de 52 años, conductor de un autobús escolar de Cleveland.
Mientras, el tío de los captores, Caesar Castro, aseguró que los miembros de su familia y de la de DeJesus habían «crecido juntos», lo que causaba todavía más asombro.
Además, la Policía de Cleveland informó de que varios agentes se presentaron en 2004 en la residencia de Castro para investigar un caso relacionado con el abandono de un menor en el vehículo del colegio. En aquella época, el arrestado ya había secuestrado a Knight y Berry.
