Por primera vez en la historia, la justicia internacional completó ayer un litigio contra un exjefe de Estado. Y lo hizo con el ex presidente de Liberia Charles Taylor, que fue declarado culpable de haber instigado y colaborado en la comisión de crímenes de guerra y lesa humanidad, en una sentencia emitida por un tribunal de la ONU en relación con el conflicto en Sierra Leona a fines de los años 90. Según informaron fuentes de la sala, el próximo 16 de mayo se celebrará una sesión especial en la localidad de Leidschendam, cerca de La Haya, donde se llevó a cabo el proceso, para fijar cuál será la sentencia en contra de este señor de la guerra, de 64 años.
Aunque según la Corte, el exdirigente no estuvo directamente implicado en los crímenes, entre ellos violaciones y horribles mutilaciones, esclavismo, asesinatos y utilización de niños como soldados, sí los instigó y patrocinó financiera y militarmente. «Ello ha quedado probado por la fiscalía sin ningún tipo de dudas», comentó el juez Richard Lussick.
Entre los elementos más sobresalientes del expediente Taylor, el alto tribunal patrocinado por Naciones Unidas destaca el capítulo de los diamantes de sangre, el nombre popular como se bautizó el pago -precisamente en piedras preciosas y gemas- que se hizo al exmandatario a cambio de armas con las cuales, según la fiscalía del tribunal, se financiaron numerosas guerras en África entre aproximadamente la mitad de los años 90 hasta 2001.
Según la sala, el que fuera presidente de Liberia no dio personalmente órdenes al movimiento rebelde Frente Unido Revolucionario (FUR) de Sierra Leona para que cometiera atrocidades, pero sí las instigó.
Está previsto que los magistrados decidan ahora sobre la fijación de la sentencia el próximo 30 de mayo, según comunicó Lussick. Los jueces del Tribunal especial para Sierra Leona, que por motivos de seguridad sesionó en un recinto protegido en Leidschendam y no en el país africano, consideraron que Taylor es penalmente corresponsable en los crímenes cometidos en los 90.
La Fiscalía de la Corte había presentado 11 puntos de acusación contra Taylor en cuestiones relacionadas con crímenes de guerra y contra la humanidad, aunque según los jueces no fue posible demostrar «sin lugar a dudas» que el exjefe de Estado fuese culpable en todos y cada uno de ellos.
Vestido elegantemente con traje azul, camisa blanca y corbata roja, con una barba canosa y un bigote muy cuidados y gafas, Taylor se mostró impasible durante la lectura de los cargos en su contra, una sesión que se prolongó durante dos horas y media.
En esta ocasión ni al propio acusado ni a su abogado defensor se les permitió hablar. Tuvieron que limitarse a seguir paso a paso la lectura minuciosa del acta de acusación.
Entre 1991 y 2001 la guerra civil en Sierra Leona costó la vida a decenas de miles de personas. Algunos cálculos hablan de más de 120.0000.
De acuerdo con estimaciones de organizaciones humanitarias, en esos años en Sierra Leona cerca de dos millones de personas tuvieron que huir del país, sobre una población total de cerca de seis millones.
