Ángel González Pieras
Hace décadas los maestros de pueblo gozaban de verdadera autoridad en la sociedad española. Igual que los médicos. Pocos pueblos hay que no recuerden a los doctores de entonces, hombres abnegados capaces de coger la mula para llegar al sitio en donde eran requeridos. Que después fueron los coches. Enrique Guilabert (Cantalejo, 1955), presidente del Colegio de Médicos de Segovia y médico de Sepúlveda y de otras localidades, lo recuerda: “hace años, la gente acudía a los consultorios cuando veían el coche del médico aparcado. Sin más”. Ahora las cosas han cambiado. Y es preocupante el futuro que se dibuja tras los cambios. El sistema sanitario español escogió en su día configurar a los consultorios y a los centros de salud o de atención primaria como la puerta de entrada a la atención médica. Sin embargo, el propio sistema parece experimentar rendijas en su estructura cuando en el plazo de 4 años se prevé la jubilación en Castilla y León de 500 médicos de atención primaria y el Colegio de Médicos de Segovia prevé que sean del 45% en los próximos 8 años. Lo dicho: un problema.
-Hace falta una reforma amplia de la atención primaria en Castilla y León.
-Nosotros ya presentamos un estudio de la demografía médica de Castilla y León en las Cortes hace dos años. Se necesita tanto personal como dotación de material sanitario. Y se requiere una organización más racional, también a corto plazo, en los centros de salud que prevea situaciones como una nueva ola de contagios y, por poner un ejemplo, una entrada Covid y otra no Covid, además de mejorar todo el sistema de cita previa, que no se está llevando bien. Y es que falla la comunicación. La mayoría de los problemas se están dando en la comunicación. En ocasiones, pedir cita en un centro de salud es un calvario, cuando una persona mayor llama, a la quinta orden de marcar un número cuelga.
-¿Y cuál es la solución?
-Un número suficiente de líneas en todos los centros. El acceso al sanitario tiene que ser sencillo y rápido. Yo no estoy en contra de la cita previa en los centros de salud y en los consultorios. La cita previa organiza el trabajo pero el contacto con el paciente es esencial y tiene que ser personal. La relación paciente médico es sagrada, requiere contacto. No se puede resolver un problema médico por teléfono. E igualmente hay que dotar de herramientas electrónicas a los centros. La receta electrónica ha sido un paso esencial.
-Otro asunto de gran transcendencia son los consultorios, sobre los que se ha suscitado mucha polémica por su cierre durante la pandemia.
-A mí me gustaba la situación de hace treinta años, cuando éramos suficientes los médicos rurales, y en cuanto los pacientes veían que el médico había llegado al pueblo, porque aparcaba su coche en la calle, acudían al consultorio. Pero ahora la realidad es distinta, y es la realidad la que impone las reglas. Hay consultorios en donde no se puede pasar consulta porque no tienen ni lo esencial. Hay que buscar la calidad pero también la eficiencia, y si eso supone concentrar consultorios en localidades más grandes, y dotarlos bien, y que sea resolutivos, pues habrá que tomar esa decisión, y más ahora con la dificultad de encontrar personal sanitario que se avecina en los próximos años. Y si al paciente hay que trasladarlo en transporte que reúna unas condiciones de comodidad, accesibilidad y frecuentación que lo hagan atractivo. Los aspectos sociales de la cuestión tendrán que ser solucionados precisamente por otros agentes sociales.
-Siguiendo con la reforma de la atención primaria, hay una doble tendencia a que los licenciados en medicina se inclinen por otras especialidades, y a concentrar las especialidades en hospitales cuando algunas como traumatología, pediatría o radiología pueden ser parte de los centros de salud.
-Yo lo que creo es que hay que potenciar la especialidad de atención primaria por la ausencia de personal de la que antes hablábamos.
-Cambio de tercio. ¿Qué le parece el consenso entre el Ayuntamiento de Segovia y la Junta de Castilla y León, competente en la materia, para a corto plazo realizar una mejora del Hospital, con una inversión de 2,5 millones de euros, a medio plazo una segunda infraestructura sanitaria en los aledaños del Hospital General de Segovia –con crédito presupuestario ya para el 2021- y dejar el segundo hospital para el largo plazo y después de realizar una reflexión sobre las carencias observadas?
-Estoy de acuerdo en las tres fases, matizando que no puede ser a muy largo plazo.
-¿Parece olvidado el Policlínico como opción viable?
-Parece olvidado, sí. Habría que darle otra salida. Yo lo configuro como plan C. Sin descartar nada, pero como tercera opción.
-¿Le parece bien la ubicación de la segunda infraestructura sanitaria en los alrededores del Hospital General?
-Yo dispararía más alto. Y se lo voy a decir con toda sinceridad, porque en su momento hice una propuesta y hoy la mantengo. Alguno pensará que estoy loco, pero simplemente pido lo más porque Segovia está abandonada en comparación con otras provincias de Castilla y León, que han pegado un gran cambio. Es bonita por el Acueducto y El Alcázar, pero no, como otras ciudades, por las inversiones que en ella se han realizado. Y ahora es la época de pedir aprovechando la excepcionalidad del momento. Hay una zona entre coronel Rexach y Avenida de la Constitución en donde podrían concentrarse esta segunda infraestructura sanitaria para estancias medias, la escuela de enfermería y la residencia de estudiantes de la Universidad. Con ello se urbanizaría esa zona y se le daría salida por Juan Carlos I, y de ahí enlazaría con el hospital. Cuesta dinero, no lo dudo, porque habría que urbanizar el sitio, ajardinar, etc, y tendrían que entrar más de una administración en el proyecto, pero se cumplirían dos objetivos, por un lado, urbanizar la zona y, por el otro, construir un hospital de medias estancias, que es imprescindible y más rentable y eficiente que unir en un mismo edificio los casos agudos y los que no lo son. Además, en ese centro podrían dar servicios también determinadas especialidades.
-El proyecto está ya estudiándose, y como decía el presidente en declaraciones a este periódico, en el ejercicio que viene tendrá consignación presupuestaria.
-Si no se consigna para el 2021, y los proyectos no se cuantifican y se concluyen en esa fecha, se pueden quedar en el aire. Ya estamos acostumbrados a declaraciones de buenas intenciones. Ahora, para este año, va a llegar dinero que se va a emplear en tapar agujeros, de eso estoy seguro, pero ojo con lo que quede por hacer, porque el 2021 no va a ser un año económicamente bueno para realizar inversiones.
-Hubiera venido bien en esta pandemia.
-Sí, qué bien hubiera venido disfrutar de esas ciento y pico camas más.
-Los sanitarios lo pasaron mal.
-Los segovianos hemos tratado de pasar página de la tardanza en la ayuda asistencial que se produjo en aquellos momentos tan duros. La UCI estaba desbordada y el Hospital estaba desbordado. Son hechos contrastados. Lo hemos vivido. Y no me gusta que se centralice todo en la UCI. El día 25 le envié una carta a la consejera pidiendo ayuda. La situación era insostenible. Tres días antes, la tasa de ocupación por la Covid-19 en nuestro hospital era del 86% mientras que en los grandes centros hospitalarios de Castilla y León no llegaba al 24%. Por eso considero poco afortunadas las declaraciones del coordinador de las UCIs de CyL. Como presidente del Colegio de Médicos de Segovia y como profesional estuve informado en todo momento. No era, por lo tanto, el momento de decir esto. Incluso lo viví como paciente en urgencia. Y me hubiera gustado que hubieran sido testigos también los medios de comunicación, sin morbo y con confidencialidad. Generaba una sensibilidad tremenda. Por lo tanto se falta a la verdad y se ofende cuando se dice que no estoy informado.
-¿Hubo insolidaridad entre hospitales de Castilla y León con Segovia?
-A nivel profesional, no. Pero las primeras derivaciones siguieron un trámite pesado, complicado, farragoso. Costaba una media de 15 llamadas. No lo entendí. A un médico le debería haber bastado con un volante y una ambulancia para mandar a un paciente a un lugar en el que hubiera un respirador. Los principios, ya le digo, fueron muy costosos. ¿Para qué quitar butacas del salón de actos, la cafetería o el gimnasio habiendo hospitales como el Río Hortega, de Valladolid, o el de Zamora, por poner solo dos ejemplos? El día 22 de marzo solo quedaban dos camas en la UCI, con una previsión de ingresos tal que hubo que cambiar criterios de priorización.
-Después se estableció el área sanitaria única y el nombramiento de coordinador de UCIs de Castilla y León, y la cosa mejoró.
-Fue una idea muy buena, pero como muchas cosas en esta crisis debería haberse producido antes. Lo mismo ocurrió con la adquisición de material, que se demoró y propició después que en el mercado internacional hubiera dificultades.
-¿Funcionó entonces mejor la coordinación y el traslado de pacientes a otros hospitales?
-Desde el momento en que empezó a funcionar mejoró la comunicación de casos entre las UCIs, he de reconocerlo, pero, repito, hubiera sido más adecuado que se hubiera puesto en marcha con mayor antelación el traslado de pacientes con coronavirus, tanto estables como críticos, antes de empezar a quitar butacas.
