A escasos días de la ida de las semifinales de la Champions contra el Real Madrid, tercera estación dentro del maratón de clásicos entre los dos grandes españoles, el técnico del Barcelona, Pep Guardiola, parece haberse cansado de poner la otra mejilla y ha cambiado de táctica en la sala de prensa.
De momento, el entrenador ha dejado de lado su proverbial equidistancia para pasar al ataque y, en su último ‘discurso’, que se movió entre la ironía y el victimismo, incluso se atrevió a hablar sobre los arbitrajes y de José Mourinho, el preparador blanco, algo impensable tiempo atrás.
Por una vez, el de Santpedor está jugando a lo mismo que el 99 por ciento de sus colegas y, después de la derrota azulgrana en la final de la Copa del Rey, tiró de tópicos para analizar la siguiente contienda ante el eterno rival: el favorito es el contrario, la plantilla del rival resulta muy superior a la propia, los trencillas perjudican…
Al ‘míster’ catalán se le vio molesto desde el principio, y terminó de enfadarse cuando le informaron de que medios lusos ya daban por seguro que Pedro Proença, compatriota de Mourinho, dirigirá el partido del próximo miércoles en el Santiago Bernabéu.
«Si es así, estoy convencido de que el entrenador del Real Madrid se encontrará felicísimo. Lo fue mucho el año pasado en la ida, y lo será esta vez también», pronosticó Guardiola, quien recordó el mal arbitraje sufrido por el Barça en la temporada 2009-2010 contra el Inter, que por entonces lideraba el de Setúbal.
Entonces, se encargó de impartir Justicia el colegiado portugués Olegario Benquerença, que concedió un gol en fuera de juego a los locales y no señaló un claro penalti sobre Dani Alves. El bloque de la Ciudad Condal perdió en Milán y no pudo remontar en la vuelta.
En definitiva, el preparador parece harto de aguantar los comentarios de Mourinho sobre supuestos favores arbitrales a los ‘culés’, y ha decidido que, si tiene que morir, que sea matando. Por ello, tampoco eludió pronunciarse sobre el césped del coliseo blanco, que el Real Madrid descuidó para dificultar las combinaciones adversarias: «Aprovecharemos para ver si la hierba ha crecido más».
Además, Guardiola no tira la toalla, pero asume que la crucial eliminatoria llega en un mal momento para su equipo, por lo que considera favorito al conjunto de Concha Espina. «Lo tenemos todo en contra, somos los que somos. No iremos en las mejores condiciones, pero anímicamente acudiremos con entusiasmo».
Paradójicamente, el ‘míster’ necesitará convencer a sus hombres de que el derrotismo no les llevará a un desenlace positivo, porque la impresión que transmite la propia plantilla es de desencanto. El sentimiento lo resumió ayer Sergio Busquets, quien admitió que, para el Barça, el Madrid constituye ahora «el peor rival» al que se puede enfrentar.
La defensa catalana, ‘en cuadro’.- Más allá de que el Madrid parezca con más confianza que el Barcelona para afrontar la ida de las semifinales de la Champions, el conjunto azulgrana se ha topado con un problema añadido de última hora, la falta de efectivos en defensa. Pep Guardiola ya sabía que no dispondría de Eric Abidal y Adriano Correia, pero Maxwell y Gaby Milito acabaron el compromiso ante Osasuna con problemas físicos, por lo que en estos momentos son seria duda. El lateral brasileño presenta una pubalgia, mientras que el argentino sufre una «mínima elongación» en el sóleo de la pierna derecha. Ambos han quedado pendientes de evolución, y su hipotética ausencia dejaría la zaga catalana ‘en cuadro’. En este sentido, los servicios médicos de la entidad están intentando recuperar al capitán Carles Puyol, que incluso podría actuar en la banda izquierda, considerando las grandes actuaciones de Javier Mascherano en el eje central.
