Es posible que, al ir a coger unas patatas de tu despensa, te las hayas encontrado blandas, arrugadas o con brotes saliendo de ellas, y hayas intentado cambiar de estrategia metiéndolas en la nevera o poniéndolas en un armario, y nada de esto te haya solucionado el problema, a pesar de leer aquí y haya diferentes consejos. Tal y como explica una frutera que se ha vuelto viral por sus consejos, el error más común es guardarlas en plástico o hacer justamente lo que haya hemos mencionado de meterlas en el frigorífico, dos prácticas que pueden estropearlas mucho antes de lo que pensamos.
Su recomendación es clara, directa y sencilla, y es que las patatas deben conservarse en un lugar fresco, ventilado, sin luz directa y siempre en cajas, bolsas de tela o recipientes que permitan que respiren. Así que si eres de los que compran una malla de patatas y la dejan tal cual en la encimera, junto a la ventana o dentro del cajón del frigorífico, lo más probable es que duren menos de lo que deberían; y es que la frutera insiste en que las patatas son un alimento vivo que sigue respirando después de ser recolectado, por lo que necesitan espacio y buena ventilación para conservarse en buen estado y no estropearse tan rápido.
Cómo debes guardar realmente las patatas en casa
Las patatas llevan siglos acompañándonos en la cocina y forman parte de prácticamente todas las despensas de España, motivos por los que conservarlas bien ya no es un capricho, sino una necesidad, sobre todo si compras varios kilos para que te duren semanas. El primer consejo de la frutera es evitar las bolsas de plástico, ya que retienen humedad y aceleran el deterioro, lo cual provoca que las patatas se reblandezcan, que aparezca moho o que empiecen a brotar antes de tiempo.
En cambio, bolsitas de tela, cajas de madera o recipientes con respiración natural permiten que las patatas liberen esa humedad y se mantengan firmes durante más tiempo, lo cual coincide con lo que recomiendan especialistas en conservación alimentaria, ya que la patata es un tubérculo que continúa “respirando”, y si no puede hacerlo correctamente, su proceso natural se altera.
Otro aspecto fundamental tiene que ver con la luz. Según explica esta profesional, dejar las patatas expuestas provoca que se pongan verdes y amargas, algo que también confirma la ciencia. La luz favorece la aparición de clorofila y glicoalcaloides, unas sustancias que, en exceso, pueden resultar tóxicas. Por eso, lo ideal es tenerlas en un armario oscuro, una despensa fresca o incluso en el interior de un mueble de cocina donde no haya cambios bruscos de temperatura.
Por qué jamás debes meter las patatas en la nevera
El tercer consejo, quizás el más sorprendente para mucha gente, es evitar totalmente la nevera, ya que aunque nos parezca lógico pensar que el frío conserva mejor los alimentos, en el caso de las patatas ocurre justo lo contrario. Y es que el frío transforma los almidones en azúcares, alterando su textura, oscureciendo el interior y cambiando el sabor de manera notable, lo cual coincide con lo que algunos cocineros dicen de que una patata refrigerada pierde sabor y se comporta peor a la hora de freír o cocer.
Tampoco es buena idea almacenar patatas junto a cebollas, ya que ambas verduras emiten compuestos que aceleran el deterioro de la otra. Aparte de estas recomendaciones, los expertos dicen que hay que conservar las patatas entre 7 ºC y 11 ºC, en un lugar fresco y bien ventilado con una oscuridad parcial debido a que demasiada luz provoca toxicidad, pero la oscuridad absoluta favorece la humedad, así que lo más equilibrado es un espacio ventilado y estable.
