Los récords de incidencia que ha dejado la sexta ola no se han trasladado en grandes complicaciones para el sistema sanitario, que ha podido vivir esta etapa con relativa calma. Las cifras hospitalarias en ningún momento estuvieron cerca de los altos valores marcados durante las tres primeras olas, una situación propiciada por la alta tasa de vacunación y la menor agresividad de la variante ómicrom.
Aunque el Hospital General sí vio incrementada la presión asistencial por la afección provocada por el coronavirus, las cifras nunca se dispararon durante la sexta ola, registrando un incremento más sostenido que exponencial.
Ahora, con una sexta ola en franco retroceso y muy posiblemente en su parte final, los ingresados relacionados con el covid-19 en el Hospital se reducen a cinco, cuatro en planta y uno en las unidades de cuidados intensivos.
En su peor momento, las UCI llegaron a contabilizar cinco personas con covid-19 (registrada varias veces este número, la última el 1 de febrero), mientras la cifra en planta alcanzó los 49 (25 de enero, en el pico de la ola).
Los cambios de las últimas semanas han virado hacia una nueva estrategia, la gripalización del coronavirus. Este es un momento de cambio, incluso podría significar un punto de inflexión.
La nueva estrategia propició que no se incorporaran restricciones estrictas a pesar de las altas cifras de contagios, mientras en las dos últimas semanas se anunciaron la limitación de los test, las cuarentenas y los datos sobre contagiados. La gripalización avanza y deja un nuevo escenario que como todo lo novedoso deja múltiples interrogantes.
El coordinador de las UCI de Castilla y León, Jesús Blanco, aclara que efectivamente se va a una “fase de convivencia con el virus” tras no haber podido doblegarlo. “Tenemos que acostumbrarnos a vivir con él, no va a desaparecer”, remarca.
Blanco señala que la nueva estrategia trae “recomendaciones, no prohibiciones” y abre una nueva etapa para el sistema sanitario y para la estancia donde se centra su actividad, las unidades de cuidados intensivos. Ahora mismo, el covid dentro de las UCI “ha ido poco a poco descendiendo”, hasta el punto de que cinco hospitales regionales se encuentran sin pacientes contagiados en su haber.
“Nos encontramos en un momento en que las UCI se encuentran cercanas a la normalidad”, recuerda Blanco, que señala que esta situación de ‘calma’ se puede extender al resto de áreas hospitalarias que han recuperado la mayor parte de su actividad. Remarca además que muchos de los ingresos relacionados con el covid no están ingresando por esta dolencia, sino que entran por otras y al practicarse la correspondiente prueba se revela el positivo.
Con una situación actual cercana a la calma, toca abordar el futuro. Para Blanco, la gripalización del virus trae “cierto grado de incertidumbre”, existiendo la posibilidad que se registren rebrotes “que las UCI pueden asumir”. “Estamos preparados para un aumento de los casos que pueda derivar en más ingresos en las unidades de cuidados intensivos”, señala.

Posible nueva ola y normativa
“Puede ocurrir que se dé una nueva ola que deje tantos contagios como la sexta”, dice sin titubeos Blanco, que añade que “si no hay cambios en la cepa” volverían a dejar “una gran parte de los contagios con sintomatología leve”, algo que se “podría manejar”. Una séptima ola es “probable” para Blanco, que señala el peligro de una explosión de casos tras el verano, “cuando nos recluyamos en interiores”.
Para el doctor es muy posible que de darse la séptima ola sea muy parecida a la sexta, lo cual provocaría gran incidencia pero no graves problemas al sistema sanitario, al menos muy lejos de los grandes colapsos detectados en las primeras olas. Eso siempre que no aparezcan nuevas variantes que trastoque el impacto del virus.
Preguntado por la normativa actual y la previsible desescalada futura de las medidas todavía vigentes (ayer ya se puso plazo a la retirada de la mascarilla en interiores), Blanco aclara que no es su especialidad, pero que según su “opinión personal hay que apostar siempre por la precaución”.
Blanco señala que lo más conveniente sería retirar las medidas después de Semana Santa y aclara que en caso de que se detecten graves focos de contagios se podría “volver atrás” en la normativa. “En algún momento se debe bajar la guardia, parece lo razonable”, destaca el doctor, que añade que otras, como las que se imponen en hospitales o residencias de mayores “persistirán”. “Hay que animar a la población a que cumpla las recomendaciones que hacen las autoridades sanitarias”, señala, destacando la importancia de abrazar estas sugerencias no obligatorias y no solo las prohibiciones y restricciones.
