El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) concluyeron ayer su reunión conjunta de primavera con el temor a un impago en Grecia en el ambiente y el mensaje de que la creación de empleo debe de ser prioritaria.
Las preguntas sobre una posible reestructuración de la deuda de Atenas se sucedieron en las ruedas de prensa de los últimos días de los máximos responsables del FMI, pese a que estos reiteraron una y otra vez que «no» se considera esa opción.
El ministro de Finanzas heleno, Yorgos Papaconstantínu, reiteró ese mensaje, al afirmar, en declaraciones en Washington, que «la reestructuración no está en la agenda» y «no se va a producir».
Sus declaraciones se producían solo unos minutos después de que, citando a fuentes del organismo internacional, el diario The Wall Street Journal afirmase en su página web que el Fondo considera «insostenible» la deuda.
El artículo afirmaba que el FMI había informado a responsables de la Comisión Europea y a Gobiernos de la zona euro que Grecia debería de considerar la reestructuración en 2012. Pero al igual que el ministro heleno, el director gerente del Fondo, Dominique Strauss-Kahn, negó que esa posibilidad sea objeto de discusión.
«Hemos diseñado el programa de Atenas con el Gobierno siguiendo la premisa del Ejecutivo de que realmente no quieren reestructurar su deuda», afirmó Strauss-Kahn.
Más allá de la situación en Grecia y la zona euro, el trabajo fue otro de los temas centrales del encuentro. «Subrayamos la importancia de la creación de empleo para la sostenibilidad a medio plazo», afirmaron los titulares de Economía y Finanzas mundiales tras participar en la reunión del Comité Monetario y Financiero Internacional del Fondo, el máximo órgano ejecutivo de la institución.
Similiar hincapié hizo Strauss-Kahn, quien insistió en que el crecimiento ya no es suficiente.
