Grecia no tiene dinero. El país heleno reconoció ayer que solo podrá pagar los salarios públicos y las pensiones hasta octubre. Ya no son rumores sobre la posibilidad de que Grecia quiebre, que el propio Gobierno calificó de «basura» la semana pasada, sino que ahora es el mismo Ejecutivo el que reconoce que carece de fondos.
Mientras tanto, el Banco Central Europeo (BCE) continúa comprando deuda soberana de los países de la eurozona, con el objetivo de relajar las primas de riesgo de los países del euro. Pero no parece que lo consiga, con la española en 361 puntos, en una jornada que registró un nuevo derrumbe del Ibex, esta vez de un 3,41%, un nuevo mínimo anual. Así, las principales plazas europeas acabaron la jornada con cuantiosas pérdidas y, excepto Londres, se situaron también en los mínimos del ejercicio: París, el 4,03; Milán, el 3,89; Fráncfort, el 2,27%, y el Reino Unido, el 1,63.
Ante esta situación, la liquidez de Grecia para afrontar el pago de los salarios públicos y las pensiones no pasará de octubre. Así lo reconoció el viceministro de Finanzas del país heleno, Filippos Sachinidis. «Contamos con un margen de maniobra hasta el mes próximo», aseguró, aunque matizó que el Ejecutivo «intenta asegurarse de que el Estado continuará operando sin dificultades».
Atenas depende del siguiente tramo de ayuda al país, por importe de 8.000 millones de euros. Pero esa cantidad está en entredicho después de que los enviados de la Comisión Europea, el BCE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) suspendieran su misión y el desembolso del siguiente tramo de cooperación.
El Gobierno no oculta sus preocupaciones. Así, el titular de Economía, Evangelos Venizelos, anunció una nueva tasa inmobiliaria durante los próximos dos años con los que espera conseguir unos 2.000 millones de euros. A estas palabras se sumaron las del primer ministro del país, George Papandreou, que comparó la situación con un «estado de guerra».
En todo caso, nadie parece creer que Grecia vaya a quebrar. Así, la Comisión Europea negó que se estén realizando preparativos para la suspensión de pagos y afirmó que confía en que se produzca un acuerdo para otorgar el siguiente tramo de ayuda.
En todo caso, el ministro alemán de Finanzas, Philip Roesier, sentenció que «para estabilizar el euro ya no puede haber tabúes. Ello incluye una quiebra ordenada de Atenas si los instrumentos necesarios están disponibles». Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de la UE, José Manuel Durao Barroso, instaron, ante su gran preocupación, a todos los países de la eurozona a ratificar, antes de que concluya septiembre, la reforma del Fondo Europeo de Estabilidad.
Tampoco el Gobierno nacional cree que exista riesgo de que el país heleno suspenda pagos. Así, el secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido, afirmó que el rescate está funcionando bien. «Nosotros no vemos riesgo de que Grecia vaya a salir del euro o que vaya a quedar en quiebra. Los 27 están ayudando», explicó el secretario, mientras restó importancia a las informaciones que señalan que Berlín se prepara para una auténtica quiebra de Grecia. Algo a lo que el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, apuntó que el país cumplirá con los compromisos adquiridos de ajuste fiscal.
