Con el lema Huelga general, todos unidos para romper el plan de ahorro, cientos de miles de personas paralizaron sus actividades ayer en Grecia para protestar contra el nuevo programa de recortes que prevé aprobar el Gobierno este fin de semana con el objetivo de ahorrar 11.500 millones de euros, a costa de rebajar los sueldos y las pensiones hasta un 20 por ciento.
En este primer desafío al Ejecutivo de coalición que dirige Antonis Samaras, los manifestantes corearon lemas como «No nos someteremos a la troika» y «UE y FMI fuera», en clara repulsa a los organismos que otorgaron al país heleno un paquete de rescate para evitar la quiebra de la nación y que ha obligado a las autoridades a imponer duras medidas de austeridad.
En Atenas, unas 100.000 personas salieron a las calles para protestar ante el Parlamento, donde se vivieron numerosos disturbios. Un grupo de radicales lanzó cócteles molotov contra la Policía, que respondió con gas lacrimógeno y granadas de humo. Los altercados se saldaron con 20 agentes heridos y 120 detenidos.
La protesta fue la más numerosa desde la vivida en mayo de 2011 y una de las más concurridas desde que Grecia pidió el rescate, en 2010. Según los concentrados, la situación es insostenible. «No podemos soportarlo más, nos estamos desangrando», aseveró Dina Kokou, una maestra de 54 años, madre de cuatro hijos y que vive con un salario de 1.000 euros mensuales. «La subida de los impuestos y la bajada de los sueldos nos están matando», agregó.
«Ya no podemos pagar ni la factura de la electricidad», se quejó un pensionista de 82 años.
En la huelga, convocada por los dos sindicatos mayoritarios del país, participaron maestros, funcionarios públicos y hasta los marineros, por lo que no partió ningún barco desde el principal puerto de la nación, El Pireo. En Atenas, los conductores de autobús hicieron un paro de tres horas.
Además cerraron sus puertas numerosos bancos y el servicio de correos. También los ministerios y las oficinas de Hacienda permanecieron inoperativos y hubo problemas en el tráfico aéreo, pues los controladores del sector frenaron sus servicios tres horas.
Los médicos solo atendieron los casos de urgencia, mientras que las farmacias no abrieron. Además, también los periodistas hicieron un alto en su trabajo durante cuatro horas, durante las que se dieron únicamente noticias de la huelga y manifestaciones.
A pesar de las protestas, el Ejecutivo quiere acelerar las reformas. El Ministerio de Finanzas señaló que espera para el fin de la semana que el Gobierno apruebe el programa de ahorro de 11.500 millones de euros.
Según informaciones radiofónicas, el primer ministro, Antonis Samaras, logró llegar a un acuerdo sobre el plan de austeridad con el titular de Finanzas, Yannis Stournaras, del que hoy informará a sus dos socios de coalición.
Los sindicatos estiman que habrá nuevos recortes de salarios y pensiones de entre el 6 y el 20 por ciento. Los trabajadores aseguran haber perdido alrededor del 30 por ciento de sus ingresos.
Los partidos griegos intentan estos días ponerse de acuerdo sobre un nuevo paquete de ahorro de 11.500 millones de euros, reclamado por la troika del Fondo Monetario Internacional (FMI), la UE y el Banco Central Europeo (BCE) como condición para entregar a Atenas el nuevo tramo de ayudas.
