El escritor, profesor y filósofo británico Anthony Clifford Grayling está convencido de que el centro de gravedad del mundo se está trasladando al Este y que definitivamente el siglo XXI será de China, un país con una economía de éxito y estable que se ha convertido en un faro que guía a muchos países en vías de desarrollo.
Sin embargo, como informa Europa Press, recordó que cuenta con un pésimo historial de derechos humanos y que parte de su supremacía económica es consecuencia de un modelo autoritario basado en la mano de obra barata y la esclavitud, a lo que se suma la falta de debate político, la casi inexistencia de instituciones civiles, la existencia de una oposición testimonial o los crímenes contra disidentes.
El autor de ‘El poder de las ideas. Claves para entender el siglo XXI’, quien ofreció ayer viernes en el campus segoviano de IE University la conferencia ‘Reflexiones en tiempos difíciles’ en el marco del Hay Festival, indicó que los chinos son muy buenos en los negocios y que ofrecen a las empresas la estabilidad que buscan, si bien ha afirmado que tal estabilidad se basa en una ausencia de cambios en el país favorecida por la falta de acceso de la población a la política y el control estricto que ejerce el Gobierno sobre la información.
En este sentido, se refirió a las explosiones que arrasaron el puerto de la ciudad de Tianjin, cuyas cifras de fallecidos de han infravalorado, lo cual, a su juicio, supone un ejemplo de la violación de derechos humanos que sufre el país.
Según dijo, desde la II Guerra Mundial los países en desarrollo se han ido fijando en las democracias, pero se enfrentan ahora al modelo chino, exitoso a nivel económico pero que muestra, entre otros aspectos, que puede existir una nación con un único partido totalitario.
Grayling sospecha que si estos países en vías de desarrollo siguen a China, los derechos humanos se convertirán en algo del pasado y se acrecentará la tensión en el mundo, de ahí que llamara a reflexionar sobre la influencia del país asiático y el cambio que tanto su éxito como sus prácticas “no deseables” podrían conllevar en el resto del mundo.
“La economía de Estados Unidos creció sobre la base de la esclavitud y en China ha pasado lo mismo”, advirtió el filósofo inglés, quien puso como ejemplo los conocidos como ‘campos de reeducación’, localizados en provincias como Qinghai, donde 20 millones de personas en detención administrativa y sin juicio son sometidas a trabajos forzosos, según aseguró.
Fundador de la Nueva Escuela de Humanidades de Londres y autor de una treintena de libros de filosofía y otros temas, entre ellos ‘El Buen Libro: una biblia humanista’ -conocida como la ‘biblia para ateos’-, Grayling alertó de que los conflictos, las tragedias y las muertes en el mundo árabe y su efecto en el resto de territorios hacen mirar a Oriente Medio, pero que el futuro del mundo se está formando en Extremo Oriente, de ahí la necesidad de prestarle atención.
