La Policía belga dispersó ayer con cañones de agua a un grupo de entre 500 y 1.000 personas concentradas en Bruselas en una marcha en apoyo a las víctimas de los atentados, interrumpida por grupos extremistas que forzaron la intervención de los antidisturbios. Numerosas personas ignoraron el aplazamiento de la marcha de apoyo a las víctimas prevista para ayer y decidieron salir igualmente a las calles para expresar su solidaridad.
Los organizadores habían atendido la petición del Gobierno belga para retrasar la concentración, dado que no podían garantizar la seguridad de los asistentes por falta de efectivos. La Policía, sin embargo, acabó interviniendo para dispersar a grupos radicales con consignas violentas contra Estado Islámico: “Que se joda Estado Islámico”, según la gran pancarta que llevaba un grupo de autodenominados ‘Casuals’, según informó la cadena belga RT.
Los convocantes de la Marcha Contra el Miedo anunciaron un aplazamiento sin fecha de la manifestación prevista para ayer en recuerdo de las víctimas de los atentados terroristas del pasado martes, con lo que atendieron así las peticiones de las autoridades. El ministro del Interior belga, Jan Jambon, y el alcalde de Bruselas, Yvan Mayeur, pidieron el aplazamiento durante “unas semanas” para dar prioridad a la investigación y por motivos de seguridad. “Dado que la prioridad actual de la Policía es la investigación, pedimos que no haya manifestaciones”.
