El pasado día 5 de marzo por la tarde, un interno de gran corpulencia que llevaba varios días siendo protagonista de diversos altercados «reventó» su celda, rompiendo todo lo que estaba a su alcance, haciéndose fuerte, armándose con cristales rotos de la ventana y con un palo de madera partido de un cepillo de escoba, amenazando a los funcionarios teniendo que ser cambiado de módulo.
Al día siguiente prendió fuego a la celda en la que se encontraba. Los funcionarios que se encontraban de servicio en ese departamento en esta ocasión tuvieron que hacer de bomberos apagando las llamas y trasladándole después a enfermería.
“La nefasta política penitenciaria basada en el buenismo -según comunicado del Sindicato Profesional de Prisiones- permite que muchos internos de gran peligrosidad no estén debidamente clasificados, siendo un gran problema, una escuela de delincuencia y un impedimento para conseguir los fines de reeducación y reinserción para el resto de internos”
