Es habitual que en estos días de Navidad se hagan recogidas de alimentos. En mi parroquia lo hacíamos con notable éxito. Estaba destinada al económato de Cáritas. A todos nos encantaba poder traducir la solidaridad en algo tangible. Le llamábamos “Operación kilo” y casi era una marca comercial porque se hacía, y se sigue haciendo, no sólo en parroquias sino también en colegios, centros sociales e incluso en comercios. Un pequeño gesto pero que hace aflorar los sentimientoss que nos provoca la Navidad aunque esté teñida, ahora más que nunca, de luces artificiales y de consumo desaforado. Al comprar un kilo de arroz, un litro de aceite, unas latas de conservas, un paquete de garbanzos y otro de galletas para donarlas, sentimos que hacemos partícipes de nuestro bienestar a quienes no tienen los suficiente para vivir. La solidaridad, siempre que no exija grandes renuncias, nos provoca una agradable sensación de bienestar.
Sin embargo, hace unos años, Cáritas comenzó a hacerse preguntas. Todo comenzó con la ingenua pregunta de un niño en la puerta de un economato: Mamá, -preguntó el niño- ¿nosotros sólo podemos comprar en la tienda de los pobres?
Desde ahi, comenzaron a surgir un torrente de preguntas que cambiaron la forma de ver las cosas. De verdad, ¿las personas necesitan ese tipo de atención?, ¿les gustan las mismas cosas que a mí?, ¿tienen las mismas costumbres que yo?, ¿no les incomoda hacer cola para llenar el carro de productos que no pueden elegir sino que vienen ya predeterminados? El interrogante fue más allá: ¿podemos seguir teniendo un lugar donde sólo pueden ir a comprar la gente más vulnerable?, ¿no tendríamos que buscar una fórmula que hiciera más digna la atención?, ¿acaso no tendríamos que pasar del asistencialismo a una formación responsable en el consumo?, ¿cómo podemos dar autononía de compra a quien llama a nuestras parroquias solicitando ayuda?
Y Cáritas, sin entrar en la forma de actuar de otras respetables organizaciones que cubren las necesidades más perentorias, comenzó a elaborar un plan para cambiar el modelo. Ahí nació la campaña “Gracias a tí, pueden elegir”.
Con esta campaña se trata de hacer lo mismo que con la operación kilo, pero en lugar de comprar los alimentos se aporta su valor a una cuenta bancaria. A esa cuenta bancaria está asociada una tarjeta de compra que tiene validez en todos los comercios. Cuando los trabajadores de Cáritas, en colaboración con la acogida en las Cáritas parroquiales, ven necesaria la ayuda en alimentos, no le facilitan un vale para una tienda, ni el acceso al economato, sino una tarjeta con un dinero mensual asociado a ella.
El dinero mensual que tiene cada tarjeta depende de las necesidades de cada persona y familia. Al acabar el mes, el trabajador social de Cáritas revisa los tiques de compra que se han cargado en la tarjeta. De esta forma puede orientar al usuario para que aproveche ofertas, compre marcas blancas o busque los mejores precios en los distintos comercios. También sirve para orientar en una dieta equilibrada y corregir la mala gestión de la economía familiar.
Educar no es fácil y cambiar la forma de hacer las cosas tampoco. En la atención a las necesidades de las personas debemos ser delicados para no herir sensibilidades. Y así como el economato fue un avance, seguir progresando en estos niveles de dignificar la atención nunca está de más. Con esta campaña Cáritas intenta evitar el despilfarro de alimentos y fomentar la sostenibilidad y el comercio local.
En estos días en los que nos sentimos especialmente sensibles a las necesidades de la gente, que no olvidemos que Cáritas es la institución de la Iglesia dedicada al trabajo social y que necesita de nuestra ayuda para poder seguir haciendo este servicio no solo a la gente vulnerable sino a la sociedad.
La campaña es un toque de atención no para aguarnos las fiestas sino para que en medio de los oropeles, las luces y el consumo sin fin, tengamos presente que hay familias que viven situaciones muy difíciles y que un pequeño gesto personal no soluciona los problemas pero ayuda a paliarlos.
Desde esta página les deseo una feliz y solidaria Navidad.
